Una investigación llevada adelante durante quince años por un grupo de científicas de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) comprobó que la raíz de yacón, una milenaria planta originaria de la América andina, y que ya era conocida por sus beneficios para el tratamiento de la diabetes, también ayudaría a perder peso y a disminuir la grasa abdominal, y podría convertirse en un formidable suplemento dietario en la lucha contra la obesidad.
En una primera etapa, las investigadoras comprobaron en animales de experimentación que el jarabe de raíces de yacón no era tóxico, y avanzaron luego en estudios clínicos con un centenar de pacientes con síndrome metabólico, que tenían alto riesgo de desarrollar diabetes. Ese estudio fue realizado junto a médicos del servicio de Endocrinología del Hospital Ángel C. Padilla, de la capital tucumana.
Así, el equipo corroboró que el jarabe tenía efectos positivos en la diabetes, pero además observó que el grupo de personas monitoreadas registraba un notorio descenso de peso, una disminución del perímetro de la cintura y también del índice de masa corporal. Y aunque las evidencias de esa evaluación en humanos fueron satisfactorias, hoy continúan experimentando con ratas de laboratorio para tener precisiones más acertadas sobre los mecanismos que intervienen a partir de la ingesta de yacón puro.
El equipo de investigadoras tucumanas liderado por Sara Sánchez e integrado por Susana Genta, Stella Maris Honoré y otros profesionales que se desempeñan en el Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO), que depende de la UNT y el Conicet, busca desde hace una década y media la validación científica de las propiedades del yacón, y ya demostraron que dos partes de la planta –las hojas y las raíces de reserva– tienen potencial terapéutico, y que su ingestión no resulta tóxica.
El objetivo es desarrollar un suplemento dietario, patentarlo y conseguir la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología(ANMAT). Para ello, primero realizaron estudios sobre un jarabe de raíz de yacón elaborado por el Centro Internacional de la Papa, que tiene sede en Lima (Perú), en el marco de un convenio de cooperación entre la UNT y esa institución, que les permitió validar científicamente los efectos benéficos de este producto. Las conclusiones del estudio fueron publicadas en las revistas internacionales Clinical Nutrition y CMR Journal.
La bioquímica Sara Sánchez, que comandó la investigación, destacó “los efectos beneficiosos para la salud” de estos compuestos, que se basan “en la liberación de un tipo de hormonas que actúan en el centro de la saciedad reduciendo el apetito; en el páncreas mejorando la producción de insulina; y en el metabolismo lipídico reduciendo la acumulación de tejido adiposo”.
En ciudades del noroeste argentino ya se comercializa un jarabe en base a esta raíz, “que contiene una elevada cantidad de alcohol y de harinas de yacón, con agregados de azúcar y de conservantes”. Las científicas advirtieron sobre el consumo de este tipo de productos no autorizados, porque “pueden hacer aumentar de peso y hasta elevar los niveles de glucosa”.
Sánchez y su equipo estiman que aproximadamente en dos años recién podrán llegar a la industria farmacéutica con este suplemento elaborado en base a la raíz de yacón, que sea útil tanto para el tratamiento de la diabetes como el de la obesidad. «
Desde Perú al Noroeste y hasta Japón
La planta milenaria del yacón ha sido utilizada durante siglos por los pueblos andinos originarios, convencidos de su potencial para aliviar dolencias. A fines de la década del ’90, cautivó el interés de países como Japón, que a través de un proyecto científico llevó muestras para investigación y desarrollo del cultivo.
“Actualmente, el yacón se cultiva en muchos lugares del mundo, aunque se trata de cultivos a muy escala pequeña”, explicó a la agencia Télam Alfredo Grau, director subrogante del Instituto de Ecología Regional de la Universidad Nacional de Tucumán y asesor del Ministerio de Ciencia en la comisión de Biodiversidad y Sustentabilidad Ambiental. En el Noroeste argentino, por ejemplo, se cultiva en la localidad de Bárcena, en Jujuy, a través de una cooperativa de productores; también en el Valle de Lerma, en Salta, y en Tucumán.
Grau señaló que el mayor productor mundial es Perú, país que tiene mucho consumo interno, y que el segundo es China, donde el yacón llegó desde Corea y Japón. En rigor, se trata de un tubérculo originario de Perú y extendido hacia el norte, hasta Ecuador y Colombia, y hacia el sur, hasta el Noroeste argentino.
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