¿Rebot se quedó solo?

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El legislador del PRO Helio Rebot presentó un proyecto de “Ejercicio de la Actividad Farmacéutica” en la Ciudad de Buenos Aires que consiguió una reacción en cadena de los laboratorios, los colegios farmaceúticos, las cámaras de farmacias y desnudó una interna política en el partido del Jefe de Gobierno Mauricio Macri que – ante la tempestad que desató la iniciativa – optó por el silencio y por tomar distancia. El proyecto que ingresó por la Comisión de Salud de la Legislatura, propone que el expendio de los medicamentos de venta libre se pueda realizar “en exhibidores o mostradores de autoservicio dentro de las Farmacias”. El proyecto es similar en este aspecto al que Rebot ya presentó en 2011 cuando propuso un sistema de comercialización en la Ciudad de Buenos Aires concebido a la medida de Farmacity y que nunca avanzó de la Comisión de Salud, en esos momentos presidida por el socialista Jorge Selser. Rebot vuelve a instalar la propuesta en momentos en que el Ministerio de Salud de la Nación ratificó que le corresponde el control de las farmacias porteñas, en virtud de un dictamen de la Procuración del Tesoro de la Nación, que consideró válida la denominada “Ley Cafiero”. El Ministerio de Salud de la Nación “continúa siendo el encargado de ejercer las facultades inherentes al Poder de Policía establecidas en la Ley 17.565, sus modificatorias y su reglamentación vigente, en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires”, ratificó en una resolución publicada en el Boletín Oficial. Pero, el proyecto de Rebot avanza aún más al proponer que “los propietarios y los administradores de una distribuidora o droguería no podrán ser personas relacionadas con propietarios y administradores de un laboratorio farmacéutico”. La propuesta fue considerada como una virtual provocación, ya que las principales droguerías de la Ciudad de Buenos Aires son propiedad o están vinculadas comercialmente con los laboratorios, nacionales o extranjeros. Al desatarse la tempestad, incluso dentro del propio bloque legislativo del PRO, los voceros de Rebot aseguraron que el proyecto contaba con el auspicio del Jefe de Gobierno. Sin embargo, Macri atendió los llamados de algunos directivos de laboratorios nacionales cuando Rebot ya había anticipado su proyecto por la tapa de Clarín – pero todavía no lo había presentado – y les aseguró que no había tenido ninguna injerencia y realmente desconocía la iniciativa. No sólo – supuestamente – Mauricio Macri se enteró por la tapa de Clarín. El jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, aseguró a través de sus voceros que se enteró por la tapa del matutino y ordenó que Rebot se hiciese “cargo” de defender el proyecto. “Ritondo no firmó el proyecto”, aseguraron sus colaboradores, desmintiendo a los voceros de Rebot, que aseguraban lo contrario. En definitiva, salvo el propio autor del proyecto, nadie se hizo cargo del desaguisado. Sin embargo, Rebot consiguió con su proyecto una unanimidad de rechazos, desde los dueños de las farmacias a los visitadores médicos, que aprovecharon para “cruzar” la venta libre de medicamentos en la Ciudad de Buenos Aires. “Parecen que quieren retornar los nuevos ‘vendedores de salud’ como si se tratara de una mercancía. Con este tipo de proyecto se está queriendo transformar la oferta de medicamentos como si se tratara de la comercialización de una golosina”, sostuvo el presidente de la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (Facaf), Miguel Ángel Lombardo. “Detrás de la letra del proyecto está la mano de quienes esperan hacer del medicamento un negocio sin controles”, advirtió el presidente de Facaf. A su vez, la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), agregó que “consideramos como profesionales de la salud, que este proyecto es un nefasto intento de hacer negocios con la salud de las personas, que finalmente traerá graves consecuencias sanitarias y también económicas, como el aumento de los costos del sistema público por internaciones, consultas y nuevos tratamientos”. “Con mucha preocupación (pero sin sorpresa) asistimos a una nueva es escena de una conocida obra, por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”, ironizó la Federación de Farmacéuticos de Argentina (FEFARA). “Es probable que estas propuestas para mejorar el acceso puedan llegar a ser adecuadas para algunos alimentos y/o algún otro tipo de bien transable en la economía pero, los farmacéuticos y todos quienes entendemos de Salud, sabemos que resultan muy peligrosas y absolutamente inapropiadas para un bien social de gran valor sanitario como son los medicamentos”.

Fuente: PharmaBaires


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