“Los farmacéuticos somos imprescindibles para una Argentina más justa, más sana y más solidaria”

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Publicamos las palabras que Ricardo Pesenti, presidente de la COFA, dirigió a la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados de la Nación el 20 de mayo, al presentar el Proyecto de Declaración que reconoce el rol esencial del profesional farmacéutico. Esta declaración, que fue aprobada por la Comisión, surgió de un trabajo conjunto de los Diputados Pablo Yedlin y Daniel Gollán con la COFA.

“Es para mí un honor tomar la palabra, como presidente y en representación de la Confederación Farmacéutica Argentina y de los miles de profesionales farmacéuticos que, día a día, con vocación, compromiso y responsabilidad, construyen salud en cada rincón de nuestro país.

Hoy no vengo solamente a apoyar un proyecto. Vengo a agradecer una mirada, una decisión política y un gesto institucional que reconoce algo que desde hace décadas sostenemos: El farmacéutico no es un comerciante, es un agente sanitario esencial.

Este proyecto de declaración que hoy se pone en consideración afirma algo fundamental: Que el medicamento no es una mercancía, sino un bien social, intrínsecamente ligado al derecho a la salud. Una salud que no es un privilegio, sino un derecho humano básico que el Estado tiene el deber de garantizar.

Esta declaración también reconoce la función insustituible del farmacéutico como profesional calificado que garantiza el uso racional de los medicamentos, acompaña al paciente en sus tratamientos, educa a la comunidad y colabora activamente en el cuidado integral de la salud.

Quiero recordarles que detrás de cada farmacia de barrio hay un farmacéutico que cumple turnos obligatorios, que atiende emergencias fuera de horario, que conoce el nombre y la historia clínica de sus pacientes, y que muchas veces es el primer y único contacto con el sistema de salud, especialmente en zonas alejadas o rurales.

Un farmacéutico atiende, en promedio, entre 100 y 200 consultas diarias, muchas de ellas vinculadas con efectos adversos, interacciones medicamentosas, dudas sobre dosis o adherencia. Cada una de esas intervenciones representa un acto profesional que cuida la salud y, muchas veces, evita una internación o una urgencia médica.

Recordemos que al menos un 10% de las internaciones hospitalarias en nuestro país se deben a errores o mal uso de medicamentos. La intervención oportuna del farmacéutico reduce significativamente ese riesgo y mejora en más de un 50% la adherencia a tratamientos crónicos, como hipertensión, diabetes o dislipemias.

Durante la pandemia, cuando muchos servicios se vieron paralizados, las farmacias estuvimos allí, sin descanso, sosteniendo la cadena de acceso a los tratamientos, conteniendo emocionalmente a la población.

Mientras muchos servicios colapsaban o debían cerrar, las farmacias permanecieron abiertas. Más del 98% de las farmacias del país siguieron operando ininterrumpidamente en 2020, brindando contención, acceso a tratamientos y orientación sanitaria a toda la población argentina, actuando como verdaderos centros de salud de cercanía.

Este compromiso no fue exclusivo del ámbito comunitario. También debemos reconocer a los farmacéuticos hospitalarios, que gestionan con precisión la terapéutica en pacientes internados, elaboran fórmulas magistrales, garantizan la trazabilidad de tratamientos complejos y trabajan en equipos interdisciplinarios en terapias intensivas, oncología y unidades especiales.

Y no podemos dejar de mencionar a los farmacéuticos que trabajan en la distribución, quienes hacen posible que medicamentos críticos lleguen a tiempo a cada punto del país, aún en contextos de emergencia. O a los que se desempeñan en la industria farmacéutica, aportando innovación, asegurando la calidad de los productos, desarrollando nuevas formulaciones y cumpliendo rigurosos estándares internacionales.

Todos, absolutamente todos, somos parte de una red sanitaria integrada, cuyo eje es el bienestar del paciente y la protección del derecho a la salud.

Los organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud y la Federación Internacional Farmacéutica promueven desde hace años este nuevo modelo de servicios farmacéuticos centrado en la atención primaria de la salud, donde el foco no está solo en el medicamento, sino en el bienestar integral del paciente, de su familia y su comunidad.

Señores legisladores: negar esta realidad es atentar contra la salud pública. Intentar desregular el ejercicio profesional, flexibilizar condiciones técnicas o permitir la venta de medicamentos fuera del ámbito farmacéutico es poner en riesgo la seguridad de la población.

Y lo dijimos con firmeza cuando fue necesario: el Decreto de Necesidad y Urgencia Nº 70/2023 atentaba directamente contra estos principios. Por eso, la Confederación Farmacéutica Argentina y la Federación Farmacéutica Argentina actuamos en defensa del interés sanitario de toda la sociedad, y celebramos que la Justicia haya reconocido la gravedad de ese intento de desprotección y haya otorgado la medida cautelar solicitada. Es necesario ahora, que las autoridades de fiscalización pongan en marcha los controles para hacer que el fallo y las leyes vigentes se cumplan.

Este proyecto que hoy se debate reafirma también la visión de nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación, que en su histórico fallo sobre la constitucionalidad de la Ley 10606 de la provincia de Buenos Aires, sentenció con claridad que la dispensación de medicamentos es una actividad indisoluble del ejercicio profesional del farmacéutico.

No se trata de una transacción comercial, sino de un acto sanitario que requiere conocimiento, ética, responsabilidad y formación continua.

Señoras y señores: Lo que está en juego aquí no es un interés sectorial. Lo que está en juego es el derecho de cada argentino a acceder a medicamentos seguros, eficaces y bien dispensados, con asesoramiento profesional y en condiciones que resguarden su salud.

Por eso, en nombre de la Confederación Farmacéutica Argentina, celebro y respaldo plenamente este proyecto de declaración que no hace más que poner en valor lo que desde hace años defendemos con convicción: que el farmacéutico es parte esencial del sistema de salud, y que su presencia activa es garantía de acceso seguro, equitativo y racional a los tratamientos.

Agradezco a los diputados Yedlin y Gollán por su compromiso con la salud pública y por escuchar la voz de quienes trabajamos en esta digna profesión, que residimos en todo el país, y estamos en la trinchera cada día.

A todos los farmacéuticos del país: este reconocimiento es de ustedes. Sigamos trabajando con orgullo, vocación y la certeza de que somos imprescindibles para una Argentina más justa, más sana y más solidaria. Muchas gracias”.

Para leer la nota completa: https://bit.ly/CF_266

 


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