La colchicina reduce las complicaciones cardiovasculares tras un infarto de miocardio

Compartir

Este antiguo antiinflamatorio para la gota demostró mejorar el pronóstico en pacientes que ya recibían el tratamiento cardiovascular óptimo. La colchicina puede convertirse en un ejemplo de éxito de reposicionamiento de un medicamento genérico, relativamente seguro y ampliamente disponible.

Los resultados del ensayo Colcot, en más de 4.700 pacientes, se presentaron en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón (AHA) celebradas en noviembre en Filadelfia (Estados Unidos) y se publicaron simultáneamente en The New England Journal of Medicine.

El estudio, sustentado con fondos públicos canadienses, halló que la terapia con 0,5 mg de colchicina añadida al tratamiento estándar frente a placebo redujo el objetivo primario compuesto por muerte cardiovascular, infarto de miocardio, ictus y hospitalización por angina conducente a revascularización coronaria en un 27% (5,5% vs 7,1%). La tolerabilidad, incluidos los efectos gastrointestinales, fue buena.

Algunos precedentes

Anteriormente, el ensayo Lodoco, en 532 pacientes, demostró que, con la misma dosis baja de 0,5 mg, la colchicina redujo el riesgo de eventos cardiovasculares en enfermedad coronaria estable. Dos años antes, el estudio Cantos con canakinumab (Ilaris, de Novartis), un anticuerpo monoclonal indicado en síndromes de fiebre periódica (enfermedades autoinflamatorias, entre las que incluye la fiebre mediterránea) y artritis gotosa, halló una reducción del infarto de miocardio, accidente cerebrovascular no mortal y muerte cardiovascular de un 15%. Sin embargo, la agencia reguladora estadounidense FDA declinó reconocer una nueva indicación.

En la búsqueda de alternativas más accesibles que pudieran aportar un beneficio por su efecto antiinflamatorio, el metotrexato no logró demostrar eficacia en el ensayo CIRT.

Si bien la magnitud de los resultados del Colcot y el Cantos es bastante similar, aunque la colchicina se administró en pacientes con un infarto reciente y canakinumab en enfermedad coronaria estable, el antigotoso tiene a favor la experiencia de uso, tolerabilidad, disponibilidad y administración oral frente a vía la inyectable del biológico.

Colchicina genérica

“Los resultados del Colcot son un hito de la Medicina; la colchicina es un fármaco que lleva 250 años en el mercado y es muy barato, aunque es difícil que con un solo estudio se cambie la práctica clínica”, afirma Esteban López de Sá, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

En estos momentos están en marcha otros tres ensayos clínicos a gran escala con colchicina: LoDoCo2 en enfermedad coronaria estable; Clear-Synergy en infarto de miocardio con elevación del segmento ST, y Convince en supervivientes a un ictus, que aportarán luz al efecto del fármaco.

El cardiólogo apunta que el Clear-Synergy busca un aval a esta estrategia “asociada o no a otro fármaco muy antiguo como es la espironolactona”. De confirmarse el beneficio en pacientes con infarto, “es probable que haya un cambio rápido en la prescripción, porque el fármaco ya está disponible en el mercado”.

Los investigadores del Colcot sostienen que existe una amplia evidencia que respalda el papel de la inflamación en la aterosclerosis, en su inicio, progresión y desarrollo de complicaciones que conducen a síndromes coronarios agudos.

Jorge Francisco Gómez, coordinador del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), explica que los ejes en la prevención de complicaciones tras un infarto de miocardio son evitar hábitos tóxicos y controlar factores de riesgo, entre los que el más relevante es el colesterol LDL. “En este contexto hay que determinar qué papel tiene reducir la inflamación. Y parece que en aquellos pacientes en los que tras alcanzar buenas cifras de colesterol siguen presentando infartos puede ser una estrategia que haya que valorar de inmediato”.

En esta vía de investigación, advierte que hay que determinar el papel de los biomarcadores y las técnicas de imagen para identificar a los pacientes más susceptibles de obtener beneficio de esta estrategia. “Aunque puede que a partir de estudios como el Colcot se determine que tras un infarto es rentable administrar colchicina de forma generalizada como pasa con los antiagregantes”.

El ensayo Colcot asignó al azar a 4.745 pacientes a 0,5 mg de colchicina una vez al día o a un placebo. La media para iniciar el tratamiento fueron los 13,5 días tras el infarto. El 93% había sido sometido a una intervención coronaria percutánea, el 99% recibían aspirina, el 98% otro antiagregante, el 99% estatinas y el 89% un betabloqueante.

Fuente: Correo Farmacéutico – España


Compartir
Scroll al inicio