A fines de este año comenzará a ensayarse en humanos una vacuna contra el VIH dirigida a más cepas del virus que cualquier otra desarrollada hasta ahora. La vacuna “mosaico”, que incorpora material genético de cepas de VIH de todo el mundo, también parece tener efecto más duradero que cualquier otra probada en personas.
Pequeños ensayos realizados sobre esta vacuna mostraron que provocó una respuesta inmune contra el VIH. A partir de septiembre, los investigadores la probarán en miles de personas para evaluar si proporciona protección contra la infección por VIH. El ensayo de fase III ser realizará en personas transgénero y en hombres que tienen sexo con hombres en América y Europa.
Estas comunidades se ven desproporcionadamente afectadas por el VIH. Aproximadamente dos tercios de las nuevas infecciones en los Estados Unidos ocurren entre hombres homosexuales y bisexuales, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país. El equipo que realizó la prueba, que llamaron Mosaico, discutió el proyecto durante la Décima Conferencia Internacional de la Sociedad de SIDA sobre Ciencia del VIH que se realizó en la Ciudad de México la semana pasada.
¿Una nueva esperanza?
Agregar una vacuna eficaz contra el VIH al arsenal de medidas preventivas actualmente disponibles para proteger a las personas de la infección, incluidos los condones y un régimen antirretroviral llamado PrEP, podría marcar una gran diferencia, dice Susan Buchbinder, epidemióloga de la Universidad de California en San Francisco, quien es parte del equipo del estudio Mosaico.
Algunos de los métodos preventivos, como la PrEP, que requiere tomar una píldora diaria, pueden ser difíciles de mantener o incluso acceder para las personas, dice el epidemiólogo Jorge Sánchez, del Centro de Investigación Tecnológica, Biomédica y Ambiental de Lima, Perú, uno de los integrantes del estudio Mosaico. Una vacuna que requiera algunas inyecciones cada dos años podría ser una buena alternativa para ellos, dice.
Pero los investigadores han luchado desde la década del ‘80 para encontrar una vacuna eficaz contra el VIH. Uno de los principales desafíos es la increíble diversidad de cepas de VIH que circulan en el mundo. Hasta ahora, los científicos no han tenido mucha suerte en el desarrollo de una vacuna que pueda atacar a un patógeno tan diverso, dice el virólogo Dan Barouch del Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston, Massachusetts.
Se han probado más de 100 vacunas contra el VIH en personas en las últimas tres décadas, pero solo una ha demostrado algún tipo de protección. En 2009, los investigadores anunciaron los resultados de un estudio realizado en Tailandia que mostró que poco después de que los participantes recibieran una vacuna experimental, tenían casi un 60% menos de probabilidades de infectarse con VIH que los que recibieron un placebo. Pero los efectos disminuyeron dentro del primer año: al final del estudio de 3.5 años, las personas vacunadas tenían solo un 31% menos de probabilidades de infectarse.
Pequeñas pruebas de laboratorio de la vacuna Mosaico en personas mostraron que provocó fuertes respuestas inmunes durante al menos dos años después de que los investigadores la administraron. Estas respuestas parecen ser más duraderas que las observadas en el ensayo de la vacuna tailandesa, dice Guido Silvestri, investigador del SIDA en la Universidad Emory en Atlanta, Georgia.
Cautelosamente optimista
El último estudio de Mosaico inscribirá a 3.800 participantes en 8 países, incluidos Argentina, Italia, México, Polonia y los Estados Unidos. La mitad de los participantes recibirá cuatro inyecciones de vacunas en el transcurso de un año, y la otra mitad recibirá un placebo.
Las vacunas contienen un virus del resfrío común atenuado que lleva versiones sintéticas de tres genes del VIH. Los investigadores construyeron los genes basados en secuencias de cepas de VIH que se encuentran en varias regiones del mundo. Como un impulso adicional para ayudar al cuerpo a producir anticuerpos contra el VIH, el equipo de Mosaico agregó dos proteínas sintéticas, basadas en proteínas producidas por cepas de VIH comunes en África, América, Europa y Australasia, a las dos últimas dosis de la serie. La incorporación de este “refuerzo de proteínas” es lo que hace de esta una vacuna verdaderamente global, dice Barouch.
El equipo de Mosaico espera que su vacuna ayude a proteger al menos al 65% de los participantes del estudio. Esperan obtener resultados para 2023. El estudio está patrocinado por un consorcio liderado por Janssen Vaccines & Prevention, parte de Johnson & Johnson de New Brunswick, Nueva Jersey.
Algunos investigadores tienen sus reservas sobre el estudio. Los virus del VIH pueden mutar rápidamente, lo que puede obstaculizar cualquier respuesta inmune que pueda provocar una vacuna, dice Tomáš Hanke, inmunólogo de la Universidad de Oxford, Reino Unido. Para tratar de solucionar este problema, está intentando crear una vacuna de mosaico que incorpore partes del código genético del virus en el que rara vez se producen mutaciones.
El investigador Ma Luo, de la Universidad de Manitoba en Canadá, sospecha que encontrar una vacuna efectiva tomará más tiempo de lo que piensan los investigadores de Mosaico, pero aplaude sus esfuerzos. Aprender de los ensayos en humanos es valioso, dice, sin importar el resultado.
Fuente: https://www.nature.com/articles/d41586-019-02319-8