Los fármacos para el dolor de garganta, detrás del aumento de la resistencia a antibióticos

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El uso inapropiado de medicamentos para el dolor de garganta que contienen antibióticos podría estar contribuyendo a la resistencia a estos fármacos, según un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), que se presentó en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, que se celebra en Amsterdam (Países Bajos).

Los científicos pusieron en marcha este estudio con el objetivo de comprender el desarrollo de la resistencia bacteriana a cuatro antibióticos tópicos (gramicida, neomicina, bacitracina y tirotricina) que se utilizan comúnmente en algunos medicamentos para el dolor de garganta.

El equipo examinó cuatro especies de bacterias en las que la resistencia a los antibióticos es un problema generalizado y significativo: ‘Staphylococcus aureus’, ‘Acinetobacter baumannii’, ‘Streptococcus pyogenes’ y ‘Haemophilus influenza’. Los cultivos de cada especie fueron expuestos a concentraciones decrecientes de antibióticos durante 24 horas a temperatura corporal humana (37°C), y las bacterias supervivientes fueron subcultivadas y sometidas a pruebas de susceptibilidad a los antibióticos.

Los investigadores también observaron la resistencia cruzada, donde las bacterias expuestas a un antibiótico pueden volverse menos susceptibles a un antibiótico diferente al que no habían estado expuestas anteriormente. También verificaron si las concentraciones de antibióticos en uso en los medicamentos estaban por encima de la concentración inhibitoria mínima (CMI), la concentración más baja de un medicamento que todavía es capaz de prevenir el crecimiento bacteriano.

Así, encontraron que para ‘S. aureus’ y A. baumannii’ las concentraciones en uso de neomicina, bacitracina y tirotricina estaban todas por encima del CMI, confirmando que estos productos eran efectivos para prevenir el crecimiento bacteriano. No se pudo determinar el MIC para la gramicidina, lo que indica que ninguna de las concentraciones probadas fue capaz de prevenir el crecimiento de esas dos especies de bacterias.

En el caso de ‘S. pyogenes’ y ‘H. influenza’, los valores de CMI de todos los antibióticos probados fueron inferiores a las concentraciones en uso de los medicamentos para la garganta, ya que ‘H. influenza’ no pudo crecer en ninguno de los antibióticos ni en ninguna de las concentraciones probadas, y ‘S. pyogenes’ solo mostró un crecimiento en concentraciones muy débiles (5% y 1% de las encontradas en los medicamentos) de neomicina.

 Cuando ‘S. aureus’ fue expuesto a la bacitracina, eventualmente mostró crecimiento después de 144 horas a concentraciones más altas, y se descubrió que un cultivo cultivado en una concentración más baja del fármaco había disminuido la susceptibilidad a la gentamicina, al ácido fusídico y a la ciprofloxacina, indicando que había desarrollado resistencia cruzada.

Fuente: Europa Press


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