Según dos estudios distintos que se que se publican hoy en « The New England Journal of Medicine», realizados en la Universidad de Calgary (Canadá) y del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago (EE.UU.) muestran que estas sustancias naturales no parecen tener efecto alguno sobre la una de las enfermedades para las que parecían ser efectivos: la gastroenteritis aguda infantil.
«Este estudio presenta la evidencia más sólida hasta la fecha de que el uso de probióticos no mejora los resultados de la gastroenteritis aguda en los niños, lo que pone en tela de juicio las recomendaciones actuales», señala la autora de uno de los trabajos, Elizabeth Powell. «Las recomendaciones para usar probióticos para estos pacientes se basaron en metanálisis previos que sugirieron que los probióticos podrían ser beneficiosos, pero los ensayos que se incluyeron tenían importantes limitaciones. El rigor de nuestra investigación y nuestros resultados justifican repensar estas recomendaciones».
La gastroenteritis aguda, que puede presentarse con diarrea, vómitos y dolor abdominal, es la segunda causa de muerte en todo el mundo en niños menores de 5 años.
A gran escala
Schnadower reconoce que ha habido ensayos más pequeños que han mostrado resultados prometedores de los probióticos. «Queríamos replicar estos hallazgos a gran escala para ver si la edad del paciente, el tipo de infección y el uso de antibióticos o la duración del tiempo durante la que un niño tuvo la enfermedad afecta la respuesta a los probióticos», indica este experto de la Universidad de Washington- Saint Louis. «Los hallazgos en ambos estudios fueron sistemáticamente negativos, independientemente de cómo se analizaron los datos».
Los investigadores probaron dos marcas de probióticos disponibles en el mercado. La mitad de los niños recibió probióticos, mientras que la otra mitad recibió un placebo.
«Estos hallazgos, en conjunto, son muy potentes. Muestran que los niños tratados con probióticos tienen exactamente los mismos resultados en cuanto a una gran variedad de síntomas, como los que recibieron placebo; los probióticos no tuvieron efecto», asegura Freedman. «Los resultados nos dejan un claro mensaje: necesitamos cuestionar el papel y los beneficios de los probióticos en otras indicaciones de salud utilizando ensayos clínicos rigurosos, a gran escala y orientados al paciente».
Una de las ventajas de los probióticos es su seguridad. Al clasificarse como ingredientes alimentarios en algunos países, se pueden vender como productos naturales para la salud. Como tales, no requieren las mismas evidencias científicas rigurosas que requieren los medicamentos, como múltiples ensayos clínicos, para realizar afirmaciones beneficiosas. «Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre los efectos de los probióticos han sido pequeños y financiados por la industria -sostiene Freedman-. Para servir mejor a las familias, necesitamos una investigación independiente para probar o refutar las afirmaciones que se están haciendo sobre productos para el cuidado de la salud».
Fuente: ABC – España