Así lo explicó hoy en rueda de prensa Tarik Jasarevic, portavoz de la OMS, quien no pudo especificar cuantas zonas rojas de nivel 4 -las que la ONU determina que son demasiado peligrosas para que su personal acceda- en la región, pero dijo que hay “varias”.
“No sabemos cual es el panorama epidemiológico porque tenemos varios huecos en los que no sabemos lo que pasa”, afirmó Jasarevic.
Para solventar este problema hay trabajadores sanitarios que se comunican por teléfono con sus pares en dichas zonas y que están intentando educar sobre cómo identificar potenciales casos de ébola.
El pasado 24 de julio, solo una semana después de que se diera por terminado el brote de ébola en la provincia del Ecuador de ese inmenso país africano, las autoridades notificaron de que uno nuevo había aparecido.
Esta vez, el brote del mortal virus surgió en Kivu del Norte, en el noreste del país, y donde hay activos más de cien grupos armados y una región donde en lo que va de año se han registrado más de 120 incidentes violentos.
Cerca del centenar de infectados por ébola
Hasta la fecha, se han detectado 78 casos de este brote, incluidos 51 confirmados y 27 probables; y se han contabilizado 44 muertes.
Jasarevic dijo que la OMS “espera más casos, dado que hay varios focos activos y varias cadenas de transmisión no identificadas”, pero dijo que los epidemiólogos están trabajando contrarreloj para detectar todos los contagiados, aislarlos y así poder contener la expansión.
Además, se están implementando campañas de concienciación para que la población local conozca los riesgos de la transmisión.
El virus del Ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y con fluidos corporales contaminados y es más virulento cuanto más avanzado está el proceso y especialmente a la muerte del paciente.
Es por ello que es esencial que los entierros se hagan de forma segura y que se descarten las prácticas ancestrales de limpiar y besar a los muertos.
Actualmente hay abiertos dos centros de tratamiento, uno en la ciudad de Beni gestionado por la ONG Alima, y otro en Beni, liderado por Médicos Sin Fronteras (MSF).
Sobre el terreno hay 100 trabajadores humanitarios.
Hasta la fecha se han vacunado a unas 500 personas derivadas de cinco casos y se han identificado a 1.500 contactos de personas infectadas.
El proceso de inmunización sigue la misma estrategia del último brote de ébola, basada en aplicar las vacunas al personal sanitario, a quienes han estado en contacto con casos confirmados y también a quienes hayan estado en contacto con estos últimos.
La vacuna aún está sin licencia pero se usó experimentalmente en Guinea Conakry durante la mortal epidemia que afectó a África occidental en 2014 y 2015 y también se utilizó en el brote de la región de Ecuador.
Fuente: EFE