A través de los medios de comunicación y de las farmacias, queremos decirle a nuestros pacientes que la salud no se oferta, ni se ofrece en combos y campañas marketineras via mail.
Las farmashopping te tratan como cliente, pero con el marketing no alcanza. A pesar de los millones que invierten en periodistas y en publicidad, se trata de la salud pública.
Si quieren ofrecer sus servicios a los pacientes de las farmacias bonaerenses, deberían comenzar por cumplir la norma vigente, igual que lo hacen las miles de farmacias distribuidas en la provincia de Buenos Aires.
Es fácil hacer promesas pasando por encima de las leyes y utilizando el favor de algunos funcionarios de turno que integran su grupo anónimo.
El servicio que brindan las farmacias del barrio, del centro, cerca del mar o la montaña, en grandes ciudades y muy pequeñas poblaciones, se fue perfeccionando cada día hasta llegar a constituir la red más extensa y eficiente que tiene la salud argentina.
Para dispensar y mejorar el servicio farmacéutico a nuestros pacientes hay leyes que regulan el ejercicio profesional. Si quieren hagan el intento, abandonen el anonimato y respeten las leyes.
Las farmacias deben ser dirigidas por farmacéuticos y no por sociedades anónimas cuyo único fin es el lucro. Para ustedes no se trata ni de la responsabilidad del agente de salud, ni del bienestar de los pacientes, ni de la salud pública.
Tratan a las farmacias como negocios y cuando no les rinde los cierran como hacen con sus heladerías y disquerías en el interior de nuestra provincia, dejando personas sin empleo y vecinos sin atención.
Ya tenemos ejemplos dramáticos de lo que ocurre cuando la irregularidad produce ganancias para los empresarios que se aventuran en la salud.
Sin otro particular, saludamos a ustedes muy atentamente.
Farm. Maria Isabel Reinoso y siete mil seiscientos farmacéuticos con nombre y apellido, que trabajan diariamente y dentro de las leyes vigentes.