Las personas que viven con VIH tienen aproximadamente un 50% de riesgo de desarrollar depresión, lo que puede causar resultados adversos como progresión acelerada de la enfermedad, supresión de la función inmune y falta de adherencia a la medicación. Muchos estudios documentan los beneficios de la atención colaborativa en los casos de pacientes con VIH que también son diagnosticados con depresión.
Investigadores de la Administración de Salud de Veteranos de los Estados Unidos (US Veterans Health Administration) aplicaron el abordaje colaborativo en la atención de pacientes con VIH y depresión en un equipo que incluyó a un farmacéutico clínico en un ambiente externo/ambulatorio. Los resultados del estudio HIV Translating Initiatives for Depression into Effective Solutions fueron publicados en la revista AIDS Care.
Los investigadores estructuraron un ensayo controlado de eficacia que asignó aleatoriamente a los pacientes a un grupo de atención colaborativa que incluía un psiquiatra, un profesional especializado en atención de la depresión (DCM) y un farmacéutico clínico que trabajaban en forma externa o con un grupo de pacientes que recibían atención estándar contra el VIH.
El equipo de atención de la depresión empleó un modelo de tratamiento escalonado. Utilizaron el sistema de historias clínicas electrónicas de la US Veterans Health Administration para enviar recomendaciones a los prestadores de las clínicas que atienden VIH. El estudio se basó en entrevistas realizadas con 26 pacientes con VIH y 30 clínicos en 3 centros participantes.
El profesional especializado en el manejo de la depresión (DCM) contactó a los pacientes con VIH por teléfono. Las responsabilidades de este clínico incluyeron evaluaciones de rutina, asesoramiento de autogestión y resolución de problemas. Aquí también, la documentación en la historia clínica electrónica era la piedra angular de la atención. El DCM recibió altas puntuaciones de satisfacción de los pacientes en relación con el contacto telefónico. Los médicos clínicos que se especializaron en atención del VIH y servicios de salud mental apreciaron las notas del DCM en la historia clínica electrónica. Indicaron que los pacientes que interactuaban con un DCM estaban bien cuidados.
Los prestadores de atención sanitaria y los especialistas en salud mental apreciaron como útiles las intervenciones del farmacéutico clínico, citando su capacidad para prevenir y resolver problemas de interacción con medicamentos en particular. Aunque cualquier médico clínico puede buscar una interacción farmacológica, los farmacéuticos clínicos a menudo pueden advertir acerca de la probabilidad de que se produzca esa interacción.
Los investigadores recomiendan incluir un farmacéutico clínico en el equipo de atención del VIH, especialmente cuando los pacientes con VIH reciben atención ambulatoria.
El proyecto concientiza acerca de la importancia de la detección de la depresión. Los equipos de atención del VIH experimentaron dificultad en la detección de la depresión, e informaron que eran conscientes de que necesitaban examinar para detectar casos de depresión crónica. También indicaron la necesidad de detectar y tratar la depresión situacional de corto plazo debido a circunstancias de la vida. La incorporación del screening en los procesos de rutina de admisión aumentó la probabilidad de alcanzar estos objetivos con éxito.
Los investigadores encontraron que este servicio era efectivo y permitía el ahorro de costos.
Referencia
Drummond KL, Painter JT, Curran GM, et al. HIV patient and provider feedback on a telehealth collaborative care for depression intervention. AIDS Care. 2016; 22:1-9.
Fuente: Pharmacy Times – Jeannette Y. Wick, RPh, MBA, FASCP