![]() Una revisión de más de 300 ensayos clínicos muestra la ausencia de diferencias en la eficacia y seguridad entre las nueve clases de fármacos hipoglucemiantes disponibles |
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A día de hoy conviven en el mundo más de 350 millones con diabetes tipo 2, enfermedad caracterizada por una producción insuficiente o una utilización inadecuada de la insulina, esto es, la hormona responsable de que las células capten la glucosa de la sangre para producir energía. El resultado es que el torrente sanguíneo acaba transportando un exceso de glucosa, lo que acaba provocando daños en múltiples órganos del cuerpo. De hecho, se estima que en 2012 la diabetes fue responsable de la muerte de cerca de 1,5 millones de personas. Y asimismo, que solo en 2010 más de 47 millones de personas padecieron complicaciones muy serias asociadas a la enfermedad –desde ceguera a una amputación de una extremidad o un infarto–. De ahí la necesidad de, además de adoptar hábitos de vida saludables, tomar fármacos para reducir estos niveles de glucosa en sangre –la consabida ‘glucemia’–. Entonces, ¿qué fármaco tomar? Pues según muestra un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad Aldo Moro de Bari (Italia), todos los fármacos hipoglucemiantes comercializados, y hay muchos, tienen un perfil de seguridad y eficacia totalmente similar.
Concretamente, el estudio, el más exhaustivo desarrollado hasta la fecha a este respecto y publicado en la revista «JAMA», constata que las nueve clases defármacos hipoglucemiantes ya disponibles presentan una eficacia muy similar y el mismo riesgo de enfermedad cardiovascular y de mortalidad general. Un riesgo, además, que es independiente de que el fármaco se administre en monoterapia o en combinación con otros hipoglucemiantes. Igual de seguros y eficaces Del total de estudios analizados, 177 fueron realizados con un único fármaco hipoglucemiante en monoterapia –con un total de 56.598 pacientes–; en 109 se contempló la combinación de uno de los fármacos con metformina –terapia dual; 53.030 participantes–; y en 29 se evaluó la combinación de un hipoglucemiante con la metformina y una sulfonilurea –triple terapia; 10.598 pacientes. Los resultados mostraron la ausencia de diferencias significativas entre los distintos fármacos, ya fueran administrados en monoterapia, terapia dual o triple terapia, en relación al riesgo de enfermedad cardiovascular –caso, por ejemplo, de la presentación de un infarto de miocardio o un ictus– y de la mortalidad por cualquier causa. Nuestros hallazgos son consistentes con la recomendación de utilizar la metformina en monoterapia como tratamiento inicial Como indican los autores, «uno de los hallazgos principales de nuestro metanálisis es que a pesar de contar con más de 300 ensayos clínicos desarrollados con más de 120.000 adultos, las evidencias de que cualquier fármaco hipoglucemiante prolongue la esperanza de vida o prevenga la enfermedad cardiovascular en mayor medida que los demás son muy limitadas». Empezar con metformina Como concluye Giovanni F. M. Strippoli, director de la investigación, «la metformina se asoció con una diferencia mínima o no significativa en los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) cuando se comparó con el resto de fármacos de las distintas clases. Además, todos los fármacos mostraron su eficacia cuando se combinaron con metformina. Así, nuestros hallazgos son consistentes con las recomendaciones de la ADA de utilizar la metformina en monoterapia como tratamiento inicial en los pacientes con diabetes tipo 2 y seleccionar las terapias adicionales en función de las características específicas de cada paciente». Fuente: ABC España |