Terapia hormonal adyuvante aumenta el riesgo de fractura en las mujeres con cáncer mamario

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Las mujeres con cáncer mamario estarían expuestas a un alto riesgo de sufrir fracturas durante los tres años posteriores a la suspensión de la terapia hormonal (TH) adyuvante, según revela un nuevo estudio.
“Los médicos deberían considerar el ‘uso previo de la TH’ como un factor de riesgo de osteoporosis (secundaria) y comunicarles a sus pacientes sobre este aumento del riesgo de fracturas después de finalizar la TH”, dijo por correo electrónico la doctora Charlotte Koopal, del Centro Médico Universitario de Medicina Vascular, Utrecht, Países Bajos.
“Además, deberían informarles, en especial a las mujeres postmenopáusicas, que es necesario tomar medidas para prevenir las fracturas graves y de cadera de acuerdo con las guías para el tratamiento de la osteoporosis”, agregó.
Su equipo estudió a las 289 mujeres con cáncer mamario diagnosticado en su hospital entre 1998 y el 2005, y que habían comenzado un tratamiento de TH adyuvante con inhibidores de la aromatasa o tamoxifeno.
En tres años, el 14% tuvo por lo menos una fractura, sin diferencia de acuerdo al tipo de TH utilizada.
La tasa de fractura fue del 12% en las mujeres premenopáusicas y del 15% en las mujeres posmenopáusicas en un período promedio de 1,4 años en las primeras y de 2,4 años en las segundas.
Las fracturas más comunes de las mujeres premenopáusicas fueron en los dedos de las manos y los pies, mientras que en las mujeres posmenopáusicas fueron en la cadera o fracturas graves.
Las mujeres posmenopáusicas con una fractura previa eran casi cuatro veces más propensas a padecer otra fractura. Las nuevas tasas de fractura son más altas que las publicadas en estudios previos.
“Las nuevas guías recomiendan que las mujeres tengan la opción de prolongar hasta 10 años el tratamiento adyuvante”, dijo.
“Pero haber hallado que el tamoxifeno tiene las mismas tasas de fractura que los inhibidores de la aromatasa (o la combinación de ambos) indica que la prevención de las fracturas merece más atención al conversar con las pacientes sobre la posibilidad de prolongar el tratamiento adyuvante”, agregó.
El doctor Harold J. Burstein, del Instituto de Oncología Dana-Farber y de la Facultad de Medicina de Harvard, Boston, y primer autor de las nuevas guías de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (https://bit.ly/1DxddVl), recordó que la osteoporosis y las fracturas son efectos adversos conocidos de la terapia antiestrógeno para el cáncer mamario y, en especial, de los inhibidores de la aromatasa.
“Conversar sobre los efectos adversos como éste es una parte importante de la decisión de prolongar la terapia endócrina”, dijo por correo electrónico.
“Afortunadamente, la mayoría de los demás estudios (sobre decenas de miles de mujeres) halló tasas de fracturas significativamente más bajas. Las mujeres que tienen que utilizar un tratamiento para el cáncer mamario y están preocupadas por la osteoporosis cuentan confármacos efectivos y opciones del estilo de vida que permiten realizar el tratamiento sin desproteger la salud ósea”, agregó.
El equipo declaró no recibir financiamiento externo ni tener conflictos de intereses.

Fuente:

PM Farma


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