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A nivel global, las farmacéuticas centrarán sus esfuerzos en los próximos meses en mejorar el rendimiento de los ensayos clínicos para controlar el coste de la I+D e impulsar su productividad. Tratarán de responder así al principal reto con el que se enfrentan en la actualidad y que previsiblemente seguirá siéndolo a corto y medio plazo: “lograr el equilibrio entre el desarrollo de terapias innovadoras y la creciente necesidad de controlar el gasto sanitario”, señala Kenneth Kaitin, director del Tufts Center for the Study of Drug Development, de Estados Unidos.
Las previsiones para 2015 avanzadas por el centro vaticinan un cambio de modelo ya en marcha que sustituirá los negocios basados en grandes volúmenes con bajos márgenes por otros de pequeños volúmenes con más márgenes, dirigiendo cada vez más recursos al desarrollo de medicamentos de precisión, altamente especializados, yfármacos huérfanos. A finales de 2014, trece compañías tenían entre 30 y 40 biosimilares en últimas fases de ensayos, por lo que el impacto de éstos en el mercado a medio plazo será importante Los autores apuntan que los financiadores tendrán que adoptar difíciles decisiones acerca de lo que pagan y lo que no, con lo que tanto éstos como la industria deberán determinar conjuntamente cuál es la evidencia necesaria para demostrar el valor de un producto, y cuál se puede considerar su precio justo. Kaitin recuerda, además, que según la actualización realizada por el centro a finales del año pasado “el coste de desarrollar un nuevo fármaco asciende ya a 2.558 millones de dólares (2.041 millones de euros), frente a los 802 millones de dólares de hace una década. El centro, especializado en estudios del mercado farmacéutico, señala otras tendencias para este año, entre las que destaca: La biotecnología gana terreno. El desarrollo y aprobación de biotecnológicos mantendrá la tendencia actual: en los 10 primeros meses de 2014 se aprobaron en Estados Unidos 25 compuestos biológicos, que cada vez acaparan un porcentaje mayor de las ventas globales de fármacos. Se impulsarán los tratamientos genéticos -más de 20 compañías se centran en la inhibición del ARN y más de 25 en terapias génicas-, así como las terapias celulares y de células madre, con más de 30 y 20 firmas trabajando en estos ámbitos, respectivamente. Todo esto generará a su vez nuevas alianzas entre farmacéuticas tradicionales y biotecnológicas, como continuación a los 392 acuerdos alcanzados en el terreno de los conjugados de anticuerpos entre 2009 y agosto de 2014, que generaron unas ventas superiores a los 31.000 millones de dólares en el citado periodo. Auge de los biosimilares Fuente:
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