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El año pasado Shawn Monti y su esposa Kathy, manejaron en silencio durante dos horas desde su hogar en Port St. Lucie hasta el Centro Integral de Cáncer Sylvester de la Universidad de Miami.
Shawn, de 46 años y padre de cinco hijos, acababa de ser diagnosticado con glioblastoma, un tumor cerebral de crecimiento rápido. Los médicos le dijeron que le quedaban seis meses de vida. Actualmente, el asistente del alguacil del Condado de Palm Beach está vivo y esperanzado luego de someterse a una cirugía en Sylvester. En esta, los médicos inyectaron fluoresceína sódica, un fármaco aprobado por la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés), que ilumina los tejidos del tumor cerebral; y esto hace que brillen con un color verde neón bajo una luz ultravioleta. Esto ayuda a los médicos a delimitar los tejidos buenos de los cancerosos, lo que puede ser difícil de discernir en los complejos pliegues del cerebro. El doctor Ricardo Komotar, cirujano que realizó el procedimiento de Monti, dice que este tipo de tecnología es un elemento de cambio para los tumores cerebrales, en especial para aquellos localizados en áreas críticas, como el de Monti. Su tumorestaba al lado de la corteza motora, parte del lóbulo frontal del cerebro que controla el movimiento. “La meta es poder extraer la mayor cantidad de tumor posible y dejar la mayor cantidad de tejido saludable”, dice Komotar, profesor de cirugía neurológica y codirector de cirugía neurooncológica del Sylvester. “Pienso que si no tuviéramos estatecnología, no podríamos ser tan agresivos como quisiéramos”. La fluoresceína sódica ha sido utilizada por más de una década, principalmente para tratamientos en los ojos. Sin embargo, recientemente ha sido utilizada por cirujanos para tratar tumores en el cerebro. Según varios estudios recientes que han mostrado éxito en este campo, los médicos del Sylvester creen que este procedimiento va a formar parte del cuidado estándar para tratar tumores cerebrales. Remover la mayor cantidad del tumor de la forma más segura posible es clave para mantener la calidad de vida. “Es necesario tener un enfoque integral hacia estos tumores”, dice Komotar, quien realizó la cirugía de tres horas mientras Monti estaba bajo sedación consciente, una combinación de sedantes y anestésicos para ayudar al paciente a relajarse (sedante) y a bloquear el dolor (anestésico). Esto permite a los médicos, monitorear las funciones y fuerzas motoras. Sin la fluoresceína sódica, probablemente Monti no hubiese sido sometido a la cirugía del cerebro, más allá de la biopsia, ya que dice Komotar que hubiera sido muy difícil poder diferenciar entre las células saludables y las tumorales. Como resultado, la quimioterapia no habría sido tan exitosa en erradicar el tumor. Actualmente, la imagen de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) no muestra ninguna evidencia del tumor. Pero la batalla de Monti con el glioblastoma aún no termina. Continuará recibiendo radiación y quimioterapia para ayudar a prevenir que el tumor recurra. “Me siento muy bien”, dice Monti, quien bromea cuando ve el video de la cirugía. “Esta es la prueba de que tengo cerebro. Ya que se ha puesto en duda muchas veces”. Fuente:
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