La FIP publica un reporte con evidencia del impacto positivo de los farmacéuticos en la seguridad de los pacientes

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Los impactos positivos de los farmacéuticos en el apoyo a la utilización segura de medicamentos se describen en una nueva publicación de la Federación Farmacéutica Internacional (FIP) publicada hoy.

La Organización Mundial de la Salud informa que uno de cada cuatro pacientes se ve perjudicado por la atención que reciben en entornos de atención primaria y ambulatoria, incluido el daño causado por los medicamentos. Calcula el costo global asociado con errores de medicación en 42 mil millones de dólares por año.

El nuevo documento de referencia de la FIP, titulado “Seguridad del paciente: el rol de los farmacéuticos en la “medicación sin daño”, brinda información sobre lo que pueden hacer los farmacéuticos para promover la seguridad del paciente a nivel individual, así como a nivel organizativo y de desarrollo de políticas. Incluye estudios de casos de mejores prácticas de Australia, Canadá, Finlandia, India, Países Bajos, Omán, Arabia Saudita, Sudáfrica y Estados Unidos.

“La seguridad de los medicamentos se ha convertido en una emergencia global y muchas naciones la están colocando en sus agendas de prioridades de salud nacional. Independientemente de si los farmacéuticos brindan atención directa o indirecta al paciente, todos tienen un papel en la promoción de una atención médica segura y de calidad”, dice Parisa Aslani, profesora de optimización del uso de medicamentos en la Universidad de Sydney, Australia, y coeditora del documento.

El documento de referencia destaca la necesidad de cambiar hacia un enfoque de sistemas colaborativos que promueva una gestión de riesgos eficaz y una garantía de calidad continua. También señala que “una cultura de culpabilización” no previene ni mitiga el daño, ni permite un entorno laboral positivo”.

“Los desafíos comunes que enfrentan los farmacéuticos incluyen medicamentos cada vez más complejos, polifarmacia y garantizar transiciones óptimas de atención para nuestros pacientes a pesar de los sistemas de salud o modelos de prestación de servicios fragmentados. También existe el problema, que a menudo se informa, de la falta de recursos y de tiempo. Podemos aprender mucho unos de otros, y este documento de referencia es un desafío personal y profesional para todos los farmacéuticos para mantener la seguridad del paciente a la vanguardia de la práctica y dar nuevos pasos hacia una atención más segura. Todos somos defensores de la seguridad del paciente. Como farmacéuticos, somos defensores particulares de la seguridad de los medicamentos”, concluye la profesora Aslani.

Para acceder al documento (en inglés): https://www.fip.org/file/4757


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