Investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) y la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos informan que inyectar la vacuna Bacille Calmette-Guérin (BCG) en forma intravenosa brinda más protección que la ruta tradicional, intradérmica. Según un informe publicado en Nature, las pruebas en monos rhesus revelaron que inyectar la vacuna contra la tuberculosis en una vena protegía por completo a nueve de cada 10 de los animales que estaban expuestos a grandes dosis de gérmenes vivos de la tuberculosis 6 meses después. “Los efectos fueron sorprendentes”, dijo JoAnne L. Flynn, microbióloga del Centro Pitt para la Investigación de Vacunas y coautora del estudio. Los nueve monos que recibieron la vacuna inyectada en sus venas no mostraron inflamación pulmonar, dijo, y tenían 100.000 veces menos bacterias de tuberculosis en sus pulmones. Robert A. Seder, jefe de inmunología celular del NIAID y coautor, sugirió que introducir las bacterias directamente en los pulmones y los ganglios linfáticos prepara los depósitos de glóbulos blancos en esos tejidos para lanzar una respuesta inmune potente y duradera. Los expertos en TB que no participaron en la investigación dijeron que estaban impresionados por los hallazgos, aunque señalaron que es necesario realizar más pruebas de la seguridad y practicidad de este descubrimiento. “Si se demuestra que esto es tan eficaz en los humanos como lo es en los monos, el potencial será enorme”, dijo Mario C. Raviglione, director del Centro de Salud Global de la Universidad de Milán y ex director de programas de TB de la Organización Mundial de la Salud.
Fuente: New York Times