La Penn State College of Medicine (Estados Unidos) ha concluido en una investigación, publicada en ‘Parkinson’s Disease’, que una toxina que viaja del estómago al cerebro puede desencadenar parkisonismo, una afección cuyos síntomas, como los del Parkinson, pueden ser temblores y disminución de los movimientos corporales.
La toxina es resultado de la combinación de bajas dosis de paraquat, un herbicida tóxico, y lectinas, unas proteínas de unión al azúcar que se encuentra en la naturaleza. “El estudio proporciona evidencias sólidas de que las lectinas, con la presencia de ciertas toxinas, puede ser una causa potencial del parkisonismo”, ha indicado el coautor del estudio, el profesor Thyagarajan Subramanian.
Los investigadores han podido rastrear la formación y la propagación de una proteína mal plegada, llamada alfa-sinucleína, que investigaciones anteriores ya habían relacionado con el Parkinson. De forma paralela, el autor senior del estudio, el profesor R. Alberto Travagli, ha explicado que se sospechaba que toxinas como el paraquat contribuyen al Parkinson, pero la evidencia científica para esta circunstancia era pequeña.
“Queríamos ser capaces de demostrar que si te expones al paraquat de forma oral, aunque sea en niveles pequeños, y también consumes lectinas, quizá en vegetales, leche o huevos sin cocinar, se puede desarrollar la formación de la alfa-sinucleína en el estómago”, ha clarificado Subramanian. “Una vez que se forma, puede viajar a través del nervio vago hasta la parte del cerebro que desencadena la aparición de la enfermedad de Parkinson”, ha agregado.
El estudio también ha hallado que si se desconecta el nervio vago del estómago de forma previa a la exposición al paraquat y las lectinas, los animales quedaban protegidos del parkisonismo, lo que confirma la ruta de la alfa-sinucleína del estómago al cerebro.
“Este modelo animal puede ser una herramienta en el futuro para continuar desarrollando nuevas medicaciones y tratamientos para la enfermedad de Parkinson”, ha revelado Subramanian.
Incluye el uso de una sustancia natural, escualamina, que ha demostrado eliminar la alfa-sinucleína del intestino. Actualmente, se encuentra en ensayos clínicos para detectar ciertos síntomas asociados al Parkinson.
Fuente: Europa Press