Un millón de australianos abandonan la historia clínica digital

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El proyecto de historia clínica digital de Australia, My Health Record, hace agua. La preocupación sobre la privacidad de la información de los pacientes ha obligado al Ministerio de Sanidad a habilitar un sistema para que los ciudadanos puedan darse de baja y no participar en el proyecto; de hecho, la semana pasada el titular del departamento, Greg Hunt –tras la presión pública y una moción en el senado–, anunciaba que ampliaba la fecha límite para poder borrarse hasta el próximo 31 de enero.

“El período de exclusión se extenderá hasta el 31 de enero de 2019, sin embargo, es importante tener en cuenta que los ciudadanos pueden optar por no participar en cualquier momento”, dijo el ministro. Datos del pasado septiembre muestran que 1.147 millones de australianos han optado ya por abandonar el sistema, mientras que 6 millones están en línea.

Mientras, los políticos australianos continúan debatiendo la legislación para corregir el planteamiento del proyecto. Ahora, bajo My Health Record, cada usuario con una tarjeta del sistema sanitario recibirá automáticamente un registro digital para almacenar información médica a menos que informen expresamente de lo contrario.

Cambios

A principios de este mes, Hunt ya anunció cambios en el proyecto de historia clínica electrónica para abordar las inquietudes sobre la privacidad. Otros cambios incluirían mayores sanciones, con multas que se duplican a 315.000 dólares (más de 200.000 euros) o hasta cinco años de cárcel para aquéllos que hagan mal uso del sistema.

De este modo, la Agencia Australiana de Salud Digital no podrá permitir que otras entidades, que no sean el médico del paciente, el sistema de salud o el propio individuo, accedan a los registros; las aseguradoras de salud tampoco podrán acceder a ellos, y las empresas no podrán usarlas para discriminar a los trabajadores. También se habrían registrado quejas de algunos usuarios a los que les resultaba difícil tramitar telemáticamente la baja y ya se habría reforzado el personal técnico para este cometido.

Aunque parezca sorprendente cabía alguna de estas posibilidades, dado que cuando se fraguó el proyecto, hace cinco años, no se tomaron las precauciones adecuadas en materia de protección de datos, lo que, según la prensa australiana, sería una muestra de la frivolidad con la que autoridades sanitarias y población se habrían tomado este proyecto de e-health.

Fuente: Correo Farmacéutico – España


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