En Argentina, nacen siete bebés por día de mamás menores de 15 años, según datos de la Secretaría de Salud de la Nación. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) alertaron sobre esta realidad y pidieron a los profesionales médicos poner el foco en la prevención el embarazo adolescente. Con este fin, compartieron recomendaciones para que todos los pediatras le ofrezcan al niño, niña o adolescente la chance de hablar de estos temas y sacarse las dudas. Además, apuntaron a facilitar el acceso a anticonceptivos de barrera, hormonales y de emergencia, y señalaron la importancia de estar atentos y recurrir a los protocolos vigentes ante posibles casos de abuso. La iniciativa se da mientras grupos conservadores, a veces vinculados a la Iglesia Católica o la evangelista, se oponen a la apli- cación de la Educación Sexual Integral (ESI), que es ley desde 2006.
“El embarazo en la adolescencia es un problema de salud pública que requiere un abordaje integral e inmediato”, remarcaron desde la SAP, y se basaron en datos de la cartera de Salud. En 2015, nacieron en el país 2.787 bebés de adolescentes de 10 a 14 años, lo que implica más de siete por día. Además, las mujeres de 15 a 19 años dieron a luz a otros 108.912 bebés, y dos de cada tres (67%) reportaron al momento del posparto que ese embarazo no había sido intencional.
Entre las menores a 15 años que quedaron embarazadas, casi 9 de cada 10 (88,3%) no usaron anticonceptivos. En el grupo de 15 a 19 años, el 77,2% manifestó lo mismo. “Estas cifras reflejan la necesidad de trabajar sobre la prevención del embarazo no intencional, tanto en las niñas como en los varones adolescentes, con educación sexual prácticamente desde la infancia”, destacaron.
“Si uno le da la oportunidad de hablar, el chico pregunta. Y no todos los profesionales brindan esa posibilidad. Es clave que los niños cuenten con ese espacio”, explicó a Clarín Diana Pasqualini, pediatra especialista en Adolescencia de SAP y consultora del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Para la especialista es fundamental que la comunidad médica contribuya en la educación sexual de los niños. “Hay que trabajar desde la casa y la escuela. El tema es que a los padres les resulta difícil hablar de sexualidad con sus hijos y a muchos niños, consultarles. Y no todos los colegios cumplen con la ESI”, agregó.
En este sentido, insistió, el pediatra puede ayudar a fomentar el pensamiento crítico para que tenga en cuenta las consecuencias de sus acciones. “Hay que hablarle al chico sobre la importancia del afecto y de que esté en una relación en la que ningu-
na de las partes presione a la otra. Y enseñarle a cuidarse tanto del embarazo como de las enfermedades de transmisión sexual (ETS)”, dijo la pediatra. Y detalló que, en general, las chicas tienen más presente el primer tema, mientras que los varones se preocupan más por las ETS.
Según el pediatra Daniel Rolón, secretario consultor del Comité de Adolescencia de la SAP, la intención es que desde la consulta médica se pueda asesorar al chico: “Apuntamos a la prevención y al acompañamiento, a partir de la información y de una respuesta rápida a la demanda de métodos anticonceptivos”.
“Solemos preguntar qué les contaron del tema en la escuela y si quieren hablar de eso. Buscamos ser un complemento a la ESI, que no funciona del todo bien”, explicó Rolón. También se le da la posibilidad de estar acompañado durante la visita o que su madre, padre o tutor espere afuera. “Son temas sensibles para el joven y a veces le resulta más fácil hablar sin sus padres al lado”, resaltó.
La charla se adapta a la edad del niño y, según Rolón, muchas veces ayuda a aclarar confusiones. “Hay mitos entre los adolescentes como, por ejemplo, que en la primera relación sexual la mujer no queda embarazada”, agregó. “El embarazo en la adolescencia es un factor crítico en la inequidad de género y tiene mayor incidencia en hogares de menores recursos. Mientras que en Capital los recién nacidos de menores de 20 años son el 6% de los partos, en Formosa, Chaco y Misiones ese porcentaje alcanza casi al 25%”, precisó Rolón.
A su vez, sostuvieron desde la SAP, a menor edad aumenta la probabilidad de que el embarazo sea producto de un abuso sexual. En tanto, en las menores de 15 años de países de ingresos bajos y medios, el riesgo de muerte materna es dos veces superior al de las mayores, además de tener más chances de complicaciones durante la gestación y el nacimiento.
Entre las principales estrategias de prevención, remarcan que los profesionales deben priorizar el interés superior del adolescente, respetar su autonomía progresiva, la privacidad y su derecho a expresar su opinión y a ser escuchado. Además, tienen que conocer los protocolos de acción para identificar, ante un embarazo adolescente, situaciones de abuso sexual, maltrato infantil y la posibilidad de recurrir a la interrupción legal del embarazo. En esta línea, señalan que, si el embarazo ocurre en menores de 15 años, se debe investigar si hubo relaciones de poder y/o abuso.
“Los pediatras deben tener en cuenta que las consultas sobre anticoncepción requieren ser satisfechas en forma urgente”, dijeron en el comunicado, donde aclararon que los únicos requisitos deben ser el consentimiento del chico y su evaluación integral en salud. A su vez, buscaron promover el compromiso del varón en la prevención. Y pidieron que, independientemente del anticonceptivo indicado, siempre se insista en que “el uso del preservativo es lo único que previene las enfermedades de transmisión sexual”.Fuente: Clarin |