La tasa de embarazo adolescente del país supera al promedio regional y mundial

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Informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas

Si bien hubo una leve mejora, el índice de fecundidad en chicas de 15 a 19 años es mayor al de Chile, Brasil y Uruguay, está por encima del promedio regional y supera al mundial. En Argentina, cada año, se embarazan 65 de cada mil adolescentes de ese rango de edad. En Chile lo hacen 41 y en el mundo,el promedio es de 44 cada mil. Según el Fondo de Población de la ONU, los embarazos en la adolescencia son más frecuentes en los niveles más pobres y se deben antes a la falta de acceso a métodos conceptivos que a la decisión de tener hijos. Recomiendan mayor educación sexual.
Argentina es la segunda economía más importante de Sudamérica, su población está a pasos del “alfabetismo total” y es una de las caras culturales de la región. Pero hay materias troncales en las que el aplazo es contundente, como en los datos de embarazo adolescente, muerte materna y uso de anticonceptivos plasmados en un informe que difundió ayer el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), titulado “El poder de decidir: derechos reproductivos y transición demográfica”.
¿Cómo salió parada la Argentina? Peor que sus pares en el Cono Sur. La tasa de fecundidad adolescente (así las llama la ONU) es acá de 65 por cada mil “niñas” de 15 a 19 años, igual que en Perú. Pero en Chile, en cambio, es 41; en Brasil, 62; en Uruguay, 51; y en Paraguay, 62. En la edición del año pasado del informe, la tasa para Argentina se ubicaba en 68 por mil. Así, hubo un descenso, pero fue leve y la situación aún es crítica.
Las cifras de Argentina también son peores que en el promedio de América Latina y el Caribe, que es de 62 nacimientos por cada mil jóvenes. Y, además, la región está peor posi- cionada que el promedio mundial, que es de 44, y sólo está por debajo de la tasa de algunas regiones de África.
La tasa de fecundidad por cada mil adolescentes en México es 63. En Estados Unidos, 20; en Australia, 12. ¿Y en países de Europa? España tiene 8; Francia, 5. Y Dinamarca, 3.
Otros datos fuertes del estudio son los de las muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos. Argentina tiene una tasa de 52 fallecimientos, muy por encima de las de Uruguay (15), Chile (22) y Brasil (44), aunque en este caso se está por debajo del promedio regional (68).
Y por cierto, no son óptimas las cifras en el ítem “tasa de uso de anticonceptivos en mujeres de 15 a 49 años”, que en el estudio están dividi- das en “cualquier método” y “métodos modernos”. El último rubro es relevante, ya que incluye prácticamente todo lo disponible en el mercado: los métodos de barrera (como el preservativo, o los femeninos), las pastillas, el DIU, la esterilización de hombres y mujeres, los productos inyectables y los implantes. En Argentina, la tasa de uso de los “modernos” es 66, menos que en Colombia (75), Chile (72), Brasil (77), Ecuador (71), Paraguay (68) y Uruguay (76).
La relación entre estos datos y los de embarazo adolescente es directa. Al respecto, el director del UNFPA para América Latina y el Caribe, Esteban Caballero, expresó que “la fecundidad adolescente es un fenómeno que caracteriza a la región”.
La maternidad en la región “comienza poco después de la primera relación sexual, y las primeras uniones suelen formalizarse cerca o después de un embarazo, a menudo de manera involuntaria”, señala el documento del UNFPA. Agregan que “la violencia machista” es un factor que incrementa la tasa de embarazos adolescentes.
El acceso a los anticonceptivos es clave: según el informe, hay países donde los menores de 18 años no pueden comprar anticonceptivos si no es con permiso de un tutor o de sus padres, lo que complica la adquisición de los métodos más modernos como las pastillas.
Según el organismo de la ONU, los embarazos en la adolescencia son más comunes en los hogares más pobres y se deben más a una falta de acceso a métodos anticonceptivos que al deseo de tener hijos. Caballero, en tanto, explica que “el embarazo adolescente aumenta el riesgo a una vulnerabilidad a lo largo del curso de la vida porque puede quitar oportunidades de mayor educación, empleo y por ende oportunidades de ingreso. Es un factor de transmisión generacional de la pobreza”.
Además, los embarazos no deseados estimulan la práctica del aborto en condiciones inseguras y de clandestinidad, en una región donde, según la Organización Mundial de la Salud, 44 por cada 1.000 mujeres de 15 a 44 años abortaron entre 2010 y 2014, una tasa 9 puntos superior a la media mundial.
Las cifras de aborto en Argentina son muy discutidas, pero distintos organismos estiman que cada año se interrumpen 450.000 embarazos en forma clandestina.
Volviendo al informe, el texto expresa que “las adolescentes que viven en hogares más ricos disponen de mejor información sobre la salud sexual y reproductiva, y de un mayor acceso a los servicios de control de la natalidad; incluso pueden acceder a servicios de aborto en condiciones de seguridad, aunque ilegales”.
Para evitar el embarazo precoz, Caballero abogó por un consenso entre gobierno y sectores de la sociedad civil para establecer un nuevo enfoque, que facilite la educación sexual, el acceso a los anticonceptivos y el empoderamiento de la mujer.

Fuente: Clarin


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