Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) consiguieron mejorar “drásticamente” la capacidad de ratones ancianos para aprender y recordar gracias a la mejora de la función de los vasos linfáticos.
El trabajo, según detallan estos investigadores, puede proporcionar a los médicos un camino “completamente nuevo” para tratar o prevenir la enfermedad de Alzheimer, la pérdida de memoria relacionada con la edad y otras enfermedades neurodegenerativas.
Esta nueva investigación parte del laboratorio del neurocientífico Jonathan Kipnis, cuyo equipo descubrió en 2015 que el cerebro está rodeado de vasos linfáticos. Ese descubrimiento fue noticia en todo el mundo, sin embargo, Kipnis ve el nuevo hallazgo de su equipo como el más importante hasta el momento.
En humanos
Los investigadores determinaron que obstruir los vasos en ratones empeora la acumulación de placas amiloides dañinas en el cerebro, que están asociadas con la enfermedad de Alzheimer. Esto puede ayudar a explicar la acumulación de tales placas en las personas, cuya causa no se comprende bien. “Como hicimos en ratones, será interesante tratar de descubrir qué cambios específicos están ocurriendo en los linfáticos cerebrales antiguos en los humanos para que podamos desarrollar enfoques específicos para tratar la enfermedad relacionada con la edad”, señala Kipnis.
“Lo que fue realmente interesante es que con el empeoramiento de la patología, en realidad se ve muy similar a lo que vemos en muestras humanas en términos de toda esta agregación de proteína amiloide en el cerebro y meninges. Al afectar la función linfática, hicimos el modelo de ratón más similar a la patología humana”, expone el investigador.
Ahora, el equipo dirigido por Kipnis trabajará para desarrollar un medicamento que mejore el rendimiento de los vasos linfáticos en las personas, para lo que han cerrado un trato con la compañía biofarmacéutica PureTech Health.
Los investigadores creen que la mejor manera de tratar el Alzheimer podría ser combinar la reparación de la vasculatura con otros enfoques. “Mejorar el flujo a través de los vasos linfáticos meníngeos podría incluso superar algunos de los obstáculos que han condenado tratamientos previamente prometedores, moviéndolos del basurero a la clínica”, aseguran.
Sin embargo, creen que este nuevo descubrimiento puede ofrecer “una forma de evitar la aparición de la enfermedad de Alzheimer hasta el punto de que los tratamientos sean innecesarios, para retrasarlo más allá de la duración de la vida humana actual”. “Puede ser muy difícil revertir el Alzheimer, pero tal vez podríamos mantener una funcionalidad muy alta de esta vasculatura linfática para retrasar su aparición a una edad muy avanzada. Honestamente creo que, en el futuro, podemos ver resultados reales”, concluye Kipnis.
Fuente: Europa Press