La Unesco publicó una actualización del manual “Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad” en la que pide formar a los niños y adolescentes para combatir más eficazmente el virus del sida, la violencia de género y el embarazo precoz.
El documento, publicado por primera vez en 2009, revisa los nuevos desafíos de la educación sexual, como los derivados del acceso a internet.
Para la directora general de la Unesco, las francesa Audrey Azoulay, esta nueva versión está basada en “pruebas científicas” y diseñada para apoyar a los países en la implementación de “programas adaptados a sus contextos”.
Azoulay recordó, además, que una correcta educación sexual complementa la defensa de los Derechos Humanos y la igualdad de género.
El manual “Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad” tiene como meta ayudar a los legisladores a diseñar planes de estudio precisos y adaptados a los alumnos de 5 a 18 años de edad.
El organismo señaló “la necesidad urgente de educación sexual de calidad” para atajar problemas como la violencia de género, el embarazo precoz, las enfermedades de transmisión sexual, el VIH y el sida.
Partiendo del análisis del estado actual de la educación sexual en el mundo, las Orientaciones se apoyan en las mejores prácticas aplicadas en distintas regiones y demuestran, por ejemplo, que la educación sexual:
- ayuda a que los jóvenes alcancen una actitud y un comportamiento más responsable en materia de salud sexual y reproductiva
- es esencial para combatir el abandono escolar de las niñas y adolescentes debido a los matrimonios forzosos o precoces, los embarazos adolescentes u otros motivos relacionados con la sexualidad y la salud reproductiva
- es necesaria, dado que en algunas partes del mundo dos de cada tres niñas revelaron no saber qué les estaba ocurriendo cuando empezaron a menstruar y los embarazos y las complicaciones del parto son la segunda causa de muerte entre las menores de entre 15 y 19 años
- la educación sexual, dentro o fuera de la escuela, no aumenta la actividad sexual, ni los comportamientos sexuales considerados de riesgo ni el número de contagios de enfermedades de transmisión sexual, como el sida. Además, el informe prueba que los programas de abstinencia total no evitan la precocidad sexual entre los jóvenes y tampoco reducen la frecuencia de las relaciones sexuales ni el número de parejas.
La publicación identifica la existencia de una necesidad urgente de educación sexual de calidad, para:
- informar y orientar a los jóvenes respecto a la transición de la infancia a la edad adulta y los cambios físicos, sociales y emocionales que esta conlleva
- afrontar el reto que representan para la salud los temas sexuales y reproductivos, aspectos que son especialmente complicados durante la pubertad. Entre esos retos figuran la violencia de género, el embarazo precoz, la anticoncepción, las enfermedades de transmisión sexual, el VIH y el SIDA
- informar a los jóvenes sobre la prevención y la transmisión del VIH, ya que, a nivel mundial, sólo 34% de ellos tienen conocimientos precisos al respecto
- complementar y contrarrestar el gran número de material de diversa calidad al que tienen acceso los jóvenes en Internet y les ayuda a combatir los casos cada vez más frecuentes de acoso cibernético
A nivel local, el 4 de octubre de 2006 se sancionó la ley 26.510 que, en su primer artículo, estipula: “Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexualintegral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal”. Sin embargo, muchos especialistas aseguran que el cumplimiento de esta norma es baja.
Fuente: UNESCO /BAE