Tener más de 50 años se había convertido en el factor decisivo para recomendar suplementos de calcio y vitamina D, sin embargo, las necesidades de los pacientes no se veían cubiertas con dosis genéricas. Ginecólogos de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (Seiomm) advierten que las fracturas se reducirían, únicamente, al combinar vitamina D con calcio.
Si en algo están de acuerdo los expertos ante la controversia sobre beneficios o riesgos en fracturas y posibles eventos cardiovasculares por la ingesta de suplementos de calcio y vitamina D es en la necesidad de seleccionar bien a los pacientes que los necesitan y de ajustar las dosis adecuadas para cada patología ósea.
Este ha sido uno de los debates candentes del XXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (Seiomm), en Elche. Su moderador, José Luis Neyro, consultor del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cruces de Vizcaya, ha dado una explicación posible a las dudas sobre los suplementos de calcio. “En muchas ocasiones hemos mezclado las necesidades de pacientes con osteoporosis -que requieren adición de calcio y vitamina D al tratamiento, según la evidencia científica- con las de personas no enfermas pero que por tener más de 50 años deben cuidar su esqueleto, evaluar periódicamente el nivel de vitamina D, incluso adecuar la ingesta de calcio”.
Al subrayar que ni son el mismo grupo de pacientes ni comparten necesidades, Neyro ha validado la importancia del calcio y la vitamina D para la salud ósea, y recalca que en el caso de tratamiento para la osteoporosis la ingesta adecuada y la repleción de vitamina D son críticas “para maximizar la eficacia antifractura en la respuesta a terapias osteoactivas”.
Habría suficiente evidencia de que la vitamina D y el calcio pueden reducir las nuevas fracturas, pero sólo si se administran juntos. Las principales dudas apuntadas por este ginecólogo giran en torno a las dosis de cada uno de ellos, a la elección entre calcio dietético o farmacológico, a la duración del tratamiento en diferentes grupos de edad, incluso a los posibles riesgos a largo plazo.
Diferencias por sexo y edad
El temor a la influencia de estos suplementos en eventos cardiovasculares también tiene que solventarse con prudencia, según Neyro, que recomienda “diferenciar el sexo del paciente al prescribir, pues los comportamientos del calcio a largo plazo difieren, pero también tener en cuenta el estado de salud previo y las comorbilidades”. Y en cuanto a la vitamina D, su producción endógena disminuye tras los 50 años. “Ese parece un buen momento para determinarla en sangre y cuidar sus niveles, pero sin confiar solo en la dieta para conseguirlos”.
Los requerimiento diarios de calcio se estiman adecuados entre 1.000 y 1.200 mg que pueden obtenerse con relativa facilidad en la dieta o con alimentos suplementados. Pero siempre precisarán suplementos de calcio nutricionales o farmacológicos personas intolerantes a la leche, con limitación de secreción gástrica por la edad, por el empleo de ciertos fármacos, gastrectomía u otras causas de malabsorción. Se estima que las necesidades de vitamina D serían de 800 a 1.000 UI.
Fuente: Diario Médico – España