Un trabajo experimental en el que participan el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, el CSIC, la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto deSalud Carlos III está demostrando la utilidad terapéutica de combinar sustancias antioxidantes y antiinflamatorias para prevenir la sordera.
La investigación, realizada con ratas y ratones, puede tener una aplicación clínica en un futuro cercano, al haber puesto de relieve el efecto protector de dichas sustancias sobre la audición y el oído tanto en los casos de hipoacusia inducida por fármacos ototóxicos como por exposición al ruido, según explica el hospital de Alcalá en un comunicado.
El trabajo ha sido reconocido recientemente con el XV Premio FIAPAS, concedido por la Confederación Española de Familias de Personas Sordas, que premia cada año aquellos trabajos de investigación que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas sordas.
Además, el estudio ha sido publicado en tres revistas de referencia (‘Otolaryngology Head and Neck Surgery’, ‘Current Drug Delivery’ y ‘Frontiers in Aging Neuroscience’) y está pendiente de publicarse en ‘Hearing Research’.
El proyecto ‘Evaluación de nuevas terapias para la prevención de la hipoacusia neurosensorial’ está liderado por la jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Teresa Rivera Rodríguez, y ha sido financiado por el Fondo de Investigación en Salud, del Instituto de Salud Carlos III, perteneciente al Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
El trabajo ha sido realizado por un equipo formado por dos grupos de investigación, uno clínico y otro básico. Del grupo clínico han formado parte tanto la Doctora Rivera Rodríguez como otros dos médicos del Servicio de Otorrinolaringología del hospital de Alcalá, Fernando García-Alcántara y Lorena Sanz.
La investigadora Isabel Varela-Nieto, del CSIC, la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto de Salud Carlos III, Iidera el grupo básico, que completan Silvia Murillo-Cuesta y Lourdes Rodríguez de la Rosa.
La sordera es un importante problema de salud pública debido a su elevada prevalencia e impacto en la calidad de vida de la población.
En todas las etapas de la vida hay factores ambientales que contribuyen a la pérdida auditiva, siendo los más destacados el ruido y las sustancias ototóxicas.
En los niños la hipoacusia repercute en la adquisición del lenguaje y en los adultos dificulta la integración social y se asocia con la progresión del deterioro cognitivo.
En la actualidad no existe un tratamiento farmacológico reparador para ninguna de estas formas de sordera, disponiéndose sólo de terapias de sustitución con dispositivos (audífonos e implantes auditivos).
Resulta esencial la investigación de nuevas terapias preventivas, reparadoras y regeneradoras de la audición, subraya el hospital Príncipe de Asturias.
En España existe más de un millón de personas con una discapacidad auditiva de distinto tipo y grado, y más de tres millones medio de personas -el 8% de la población- padece problemas auditivos.
Fuente: EFE