Diversos estudios demostraron que personas con niveles bajos de ascorbato podrían tener un mayor riesgo de sufrir cáncer, y que los enfermos de leucemia tienden a padecer niveles más bajos de ascorbato que personas sanas.
Un grupo de expertos explica hoy en la revista Nature un mecanismo molecular que podría ayudar a explicar un vínculo entre los bajos niveles de ascorbato (vitamina C) y el desarrollo de la leucemia.
Científicos del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas (EE.UU.) experimentaron con ratones y observaron cómo los roedores que tenían niveles mermados de ascorbato experimentaban un notable incremento en la frecuencia y función de las células madre hematopoyéticas.
También vieron que esto aceleraba el desarrollo de la leucemia, en parte al inhibir un gen que se considera supresor del tumor, llamado Tet2.
En sus experimentos, los expertos hallaron difícil determinar si -y cómo- los cambios experimentados en los niveles de metabolitos como el ascorbato regulan la función de las células madre, la regeneración de los tejidos y la supresión de los tumores, según señala Nature.
La información epidemiológica ha demostrado que las personas con niveles bajos de ascorbato podrían tener un mayor riesgo de sufrir cáncer y que los enfermos de leucemia tienden a padecer niveles más bajos de ascorbato que personas sanas.
El responsable del estudio, Sean Morrison, y sus colegas desarrollaron una técnica para analizar los perfiles metabólicos de células raras asiladas de tejidos y los emplearon para estudiar las células madre hematopoyéticas en ratones y humanos.
Hallaron que cada tipo de célula tenía un perfil metabólico distintivo y que, tanto las células madre hematopoyéticas de humanos y ratones tenían niveles particularmente altos de ascorbato, que disminuían al diferenciarse las células.
El estudio observa que, al contrario que los humanos que obtienen el ascorbato exclusivamente a través de la dieta, los ratones pueden sintetizarlo en el hígado.
Los autores estudiaron ratones que habían sido programados para carecer de la capacidad de producir ascorbato y que, por ello, tenían que obtenerlo mediante la dieta para permanecer sanos.
Según el artículo, esos roedores mostraron un número mayor de células madre hematopoyéticas y, junto con la mutación asociada a la leucemia, aceleraron la Leucemogénesis, en parte al afectar de forma negativa la función del gen Tet2 supresor del tumor.
La formación de la leucemia en esos animales podrían verse reducida administrando unos niveles más altos de ascorbato, indica el estudio.
Fuente: La Tercera – Chile