Preocupados por el aumento de las adicciones a los opiáceos y las muertes por sobredosis, científicos de la Universidad Nova Southeastern (NSU) de Fort Lauderdale están desarrollando pastillas imposibles de pulverizar, para que el medicamento no pueda ser inhalado, inyectado o mezclado.
El profesor Hossein Omidian, quien lidera la investigación en la Facultad de Farmacia de esa casa de estudios, explicó que la clave está en el uso de polímeros que evitan la liberación de los compuestos activos de la medicina para usos indebidos.
“Debido a la presencia de los polímeros disuasivos, orgánicos e inorgánicos (disuasivos colectivos), el ingrediente activo (fármaco) permanecerá atrapado si la tableta se manipula para inhalar o inyectar”, precisó Omidian.
Sin embargo, este ingeniero químico graduado del Politécnico de Teherán (Irán) precisó que la sustancia activa será liberada si el comprimido se toma como es recomendado por el médico, por vía oral.
Fuente: El Nuevo Herald