El látex de caucho natural (LCN) está presente en más de 40 mil objetos de la vida cotidiana y en una gran variedad de insumos médicos —desde guantes hasta tubos de vías de transfusión—. La dificultad que presenta este material es que más del 6% de la población podría desarrollar algún tipo de alergia, especialmente en el caso de usuarios que tienen contacto recurrente con estos productos, según un informe de la Sociedad Argentina de Alergia e Inmunopatología.
Con el objetivo de elaborar un material alternativo, especialistas del Centro de INTI-Caucho diseñaron una formulación con arcilla sódica proveniente de la provincia de La Pampa y con látex de caucho sintético. “Como resultado obtuvimos un nuevo material con un excelente rendimiento mecánico y libre de las estructuras proteicas causantes de reacciones alérgicas (como las que se encuentran en los productos con LCN)”, destaca la ingeniera en Materiales Mariajose Cova, del Laboratorio de Nanocompuestos Avanzados del Instituto.
La arcilla se utilizó como refuerzo y fue provista por el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámicos (CETMIC) de la Ciudad de La Plata, que previamente realizó su caracterización química. Su incorporación fue posible gracias al desarrollo de un protocolo de mezclado que permitió llevar el tamaño original de las arcillas (del orden del micrómetro) a escala de los nanómetros (es decir, 15 veces más pequeña que el diámetro de un cabello).
El proyecto original surgió con el objetivo de desarrollar guantes de látex, insumo que utilizan habitualmente los profesionales de la salud, porque se detectó que este elemento suele presentar almidón de maíz en su interior, lo que hace que los alérgenos del látex se transfieran más rápidamente a los usuarios (a través de los líquidos corporales). Además, las líneas de productos antialérgicos disponibles en el mercado muchas veces poseen prestaciones inferiores a los de LCN.
Si bien el puntapié inicial fue el desarrollo de guantes, los excelentes resultados que se obtuvieron en la investigación abren el juego para la producción de una amplia variedad de productos antialérgicos, que podrían contar con este diferencial para su oferta en el mercado.
Esta acción se suma al trabajo que viene desarrollando el INTI, desde su creación en 1957, con el fin de diseñar nuevos materiales para la industria. “En este momento, el desarrollo se encuentra a disposición para su transferencia a todos los productores nacionales que deseen incursionar en el desarrollo de este tipo de productos, de sumo impacto para la salud pública”, anticipa el doctor Mariano Escobar del INTI.
Fuente: INTI