El hallazgo de los científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares podría ser una alternativa a la corrección arriesgada de la cirugía.
Quien tiene un aneurisma, la dilatación o ensanchamiento anormal de una arteria, tiene una bomba de relojería en su interior. Las paredes de los vasos sanguíneos pueden debilitarse hasta romperse causando una hemorragia que puede ser letal. La cirugía puede corregirlo, pero el quirófano es siempre una opción arriesgada que solo se toma cuando el peligro de no hacer nada supera el de la intervención. Pero investigadores españoles del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaban de abrir la puerta a un prometedor tratamiento, capaz de prevenir e incluso de proporcionar un efecto curativo a la formación de aneurismas.
El hallazgo, publicado en la revista «Nature Medicine», podría acabar en el desarrollo del primer fármaco específico contra esta malformación vascular.
Lo que han demostrado es que inhibiendo con fármacos una proteína de la pared arterial (NOS2) se evita que la aorta, el principal vaso sanguíneo que lleva sangre del corazón al cuerpo, se dilate en la zona del tórax, una complicación que sufren las personas con síndrome de Marfan. Esto se ha comprobado en ratones, jóvenes y más mayores, por lo que podría ser eficaz en casos en los que la enfermedad está más evolucionada.
El efecto del tratamiento en los ratones es rápido y eficaz. No solo se elimina la dilatación aórtica, sino la degeneración de la capa media de la aorta. Es la primera vez que se ve un efecto similar . Hasta ahora los medicamentos actuales solo han logrado reducir la presión sobre la pared arterial para evitar que el vaso sanguíneo se rompa, sin embargo no son capaces de evitar el deterioro de la pared aórtica. «Aunque aún debemos ser cautos con estos resultados tan sorprendentes antes de que podamos ensayarlo en pacientes reales», advierte Juan Miguel Redondo, uno de los investigadores del CNIC que ha liderado este trabajo.
Redondo se debate entre el entusiamo de unos resultados prometedores y la cautela con la que está obligado a tratar un estudio que solo se ha probado en un modelo animal. «Sin duda, el mensaje que podemos dar a los enfermos es esperanzador», dice a ABC este investigador.
La industria farmacéutica, interesada
A la industria farmacéutica también le tienta esta investigación y ya hay cuatro empresas que han mostrado su interés inicial para participar en el desarrollo del medicamento.
La poderosa acción de la molécula ensayada «justifica plenamente el inicio de ensayos preclínicos y clínicos», añade Miguel Campanero, del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols. El medicamento que inhibe a la proteína NOS2 ya se utiliza en el tratamiento de otras dolencias, como las migrañas y las espondilitis anquilosante, «por lo que ya sabemos que no es tóxico y los plazos para su desarrollo se podrían acortar».
¿Solo aneurismas torácicos?
En ese futuro ensayo también se deberá comprobar si el fármaco funciona solo con los aneurismas torácicos causados por el síndrome de Marfan o con otros tipos, incluidos los abdominales que son los más frecuentes. «Nosotros pensamos que sí podría funcionar en otros tipos de aneurismas, pero debemos aún demostrarlo», matiza el investigador del CNIC.
La investigación también abre un nuevo camino en el diagnóstico. Una deriva de este trabajo será el hallazgo de marcadores en sangre que permitan identificar con un simple análisis a los pacientes que pueden desarrollar una de estas malformaciones vasculares. Ahora la mayoría se detectan de forma casual en exploraciones.
Fuente: ABC – España