La Universidad Nacional del Litoral (UNL) inauguró el laboratorio que dará apoyo, inicialmente, a la producción pública de medicamentos para la tuberculosis. El equipamiento, único en el país, está instalado en el Edificio Damianovich de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), ubicado en Santiago del Estero 2654.
Este emprendimiento es producto de un consorcio público-público conformado entre la Universidad y la Provincia, desarrollado por investigadores de las Facultades de Ingeniería Química (FIQ) y de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL y especialistas del Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe (LIF).
Uno de los objetivos del proyecto financiado –cuya finalización se prevé para el año 2017- es que los laboratorios públicos de medicamentos comiencen a incorporar un área de investigación y desarrollo. Es así que se crea una nueva área y línea de servicios de transferencia e investigación dentro de la FIQ, que es la de caracterización de sólidos farmacéuticos. El equipo de investigadores de la FIQ es el encargado de realizar las actividades de desarrollo, puesta a punto y transferencia de técnicas de caracterización de las materias primas con las que se realizarán estos fármacos. “Analizamos las materias primas, los componentes que forman parte de esa mezcla para formar los comprimidos, para tener una producción uniforme en el tiempo”, dijo Mirtha Maximino, responsable del equipo de trabajo de FIQ. Además, comentó que en este ámbito actualmente se están formando dos analistas que se incorporarán a los equipos del LIF para la realización de esas tareas.
Por último, de las etapas vinculadas a la puesta a punto de la tecnología para la producción de los tuberculostáticos y la obtención de los lotes que serán presentados a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina (ANMAT) para su habilitación, serán responsabilidad del LIF y será acompañado en su ejecución por el Departamento de Ingeniería Industrial de la FIQ-UNL.
Con este proyecto, el consorcio se plantea el desafío de desarrollar y poner a punto a escala piloto la tecnología necesaria para luego, a partir del escalado industrial lograr dar respuesta a estas necesidades de medicamentos para la tuberculosis, en cantidades estables y suficientes y a valores razonables en función de los costos de producción, beneficiando a los sectores socialmente más desfavorecidos. Este proyecto tiene una importancia de escala nacional, ya que hay una gran área de vacancia en la producción pública de medicamentos, en especial, de aquellos denominados huérfanos como los tuberculostáticos.