El Gobierno cederá a la CGT el control de las obras sociales sindicales. Lo hará en los próximos días con la firma, demorada, de la designación de un técnico afín a los gremialistas al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud.
La nominación está en línea con las gestiones de reunificación de la central obrera, al contar con el visto bueno de los sectores de Antonio Caló y Hugo Moyano.
De todos modos, en la estructura del organismo y en el sector sanitario anoche daban por hecho que Mauricio Macri cumpliría su compromiso con la CGT. De hecho, ayer Scervino visitó la Superintendencia y se presentó como nuevo jefe del organismo que cuenta con un presupuesto anual estimado de $7.000 millones y que tiene a su cargo la distribución de fondos millonarios entre las obras sociales gremiales. El puesto de gerente general (número dos del área) estaba reservado para Oscar Cochlar, un exfuncionario de la SSS y que también goza de la confianza de los sindicalistas.
El nombramiento recayó sobre Lingeri, el experto de la CGT en la estructura de financiamiento de las organizaciones de salud de los gremios. Esa condición, y la de haber sido titular de la ex Administración Nacional del Seguro de Salud (Anssal) en el Gobierno de Carlos Menem, le dio históricamente al directivo de AySA preeminencia entre sus pares a la hora de negociar con las sucesivas administraciones recursos para las obras sociales.
La garantía de la designación de Scervino transmitió alivio entre los principales referentes de la CGT. El tema fue tratado en una reunión del Consejo Directivo de la central obrera que conduce Caló, señala Ámbito Financiero.
Fuente: IProfesional