Una nueva revisión relaciona el finasteride con un mayor riesgo de depresión, diabetes y efectos permanentes en la libido | ||
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«Propecia» (finasteride) fue el primer fármaco que demostró su eficacia para frenar la caída del cabello. Su hallazgo fue una revolución, pero no aportó la solución definitiva a la alopecia. El finasteride evita la pérdida de pelo, sin embargo para conseguirlo condena a sus pacientes a tomarla casi diariamente durante años. Su efecto desaparece a los 3-4 meses de la suspensión del tratamiento y puede afectar a la vida sexual de quien lo toma. En algunos pacientes produce una disminución del deseo sexual, de la fertilidad y favorece la disfunción eréctil. Todas estas complicaciones obligaron al laboratorio a avisar de estos riesgos en el prospecto desde su comercialización. Pero los efectos indeseados y si son reversibles o temporales han sido objeto de debate durante años. Ahora una nueva revisión no solo los confirma, sino que añade nuevas complicaciones. Entre ellas la depresión, diabetes tipo 2 y la osteoporosis.
Los datos se publican en la revista «Endocrine Reviews and Metabolic Disorders» y afectan, no solo a los varones que luchan contra la alopecia, sino a los que recurren a este fármaco para tratar problemas de la próstata. El finasteride, en dosis más elevadas, se utiliza también para tratar el agrandamiento de esta glándula (hiperplasia benigna de próstata), una condición que padecen la mayoría de los hombres a partir de los 50 años de edad. El fármaco es un análogo sintético de la testosterona que actúa como un inhibidor específico de la 5-a-reductasa de tipo II, una enzima que convierte la testosterona en un andrógeno muy potente. Esta enzima se encuentra de forma preferente en la próstata, vesículas seminales, epidídimo , folículos pilosos y el hígado. Puede no ser temporal Además de los efectos secundarios sexuales, se ha relacionado con una mayor predisposición a tener diabetes tipo 2, enfermedad vascular y osteoporosis, «aunque los estudios no son definitivos», reconoce Traish. En algunos casos también se han descrito casos de depresión y síntomas de ansiedad importantes tratados con el medicamento. Según este trabajo, la píldora contra la alopecia tampoco ha demostrado que pueda ser una buena herramienta para prevenir el cáncer de próstata, una opción que se había valorado. Los autores piden a médicos y pacientes que tengan en cuenta los riesgos de este y otrosfármacos de la misma familia. Y animan a profundizar en los efectos indeseados en posteriores estudios. A Eduardo López-Bran, jefe del servicio de Dermatología del Clínico San Carlos de Madrid, también le preocupan los riesgos del medicamento. «Son problemas serios que debemos tener muy en cuenta. Yo apenas lo prescribo en mi consulta», dice. A este experto, que participó en los primeros ensayos de seguridad de «Propecia», también le preocupa el efecto que puede tener sobre la próstata en pacientes que han empezado a tomarlo desde muy jóvenes. «Nadie lo ha explicado». En su opinión, existen otras alternativas «definitivas, más seguras e indetectables como el trasplante capilar» que «sin duda» es una opción mejor. Contra la alopecia Fuente: ABC España |