Investigadores del Hospital Universitario Johns Hopkins han encontrado una nueva vía de señalización celular en ratones a través de la cual los mamíferos regenerarían los folículos de la piel y el pelo mientras curan heridas. Este descubrimiento, publicado en Cell Stem Cell, podría, según señala, ayudar a estimular el crecimiento de pelo nuevo, piel u otros tejidos en personas con cicatrices, quemaduras y otras lesiones.
El estudio, “descubre un nuevo papel para una proteína que funciona como el principal regulador de la regeneración de la piel”, explica el principal investigador, Luis a. Garza, profesor de dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins. “Los fármacos que activan estas proteínas tienen el poder de disminuir la cicatrización y curar heridas, de este modo promueven la regeneración de los folículos de la piel y el pelo”, añade.
El trabajo está basado en el conocimiento de que la piel dañada libera ARN de doble cadena (dsRNA), una formación genética que suelen contener algunos virus, que es percibida por una proteína conocida como TLR3 (receptores tipo toll). El TLR3, que en otro contexto tiene un papel fundamental a la hora de reconocer organismos causantes de enfermedades y que activan el sistema inmune, durante el proceso de curación también activan el gen IL6 y STAT3 que ayudan en la regeneración de folículos capilares. También activa otras moléculas encargadas del crecimiento del pelo, como la Wnt, Shh y un gen conocido como EDAR, que produce la proteína ectodisplasina y ayuda al crecimiento de la piel.
Dos grupos de ratones
“Después de un infarto, sabemos remplazar el flujo sanguíneo, pero el verdadero problema es la herida que queda después en el corazón”, señala Garza. Por ello, asegura que su interés es conseguir mejorar la regeneración en situaciones como esas. Por ello, para el estudio se comparó la expresión de proteínas de determinados genes en heridas curadas de dos grupos de ratones. Uno de los grupos fue genéticamente competente en la neogénsis capilar inducida por lesión, un proceso en el que los folículos capilares de ratones y conejos se regeneran después de una herida. El otro grupo, no poseía esta habilidad. La expresión de TLR3 fue, además, tres veces mayor en los ratones que eran más capaces de regenerar su pelo.
El experto señala que la compañías farmacéuticas ya están desarrollando productos para activar el TLR y en consecuencia el sistema inmune. Estos mismos productos podrían usarse para promover la regeneración. Sin embargo, Garza advierte que las aplicaciones clínicas de estos descubrimientos deberían esperar. Además, deja claro que esta información no se puede aplicar a condiciones que no estén relacionadas con cicatrices, o en casos de pérdida del cabello por calvicie.
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