Una app que permite "prestarles" los ojos a no videntes

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Con Be my Eyes y la cámara del celular cualquiera puede ayudar a personas ciegas
COPENHAGUE, Dinamarca.- Kamilla Ryding ha tenido deficiencia visual severa desde que nació, algo que apenas le ha supuesto un obstáculo. Esta chica de 29 años está realizando una carrera de investigación en su Copenhague natal, ha vivido en EE.UU. y Australia y es una competitiva corredora profesional teniendo en cuenta su primer maratón completo. Pero aún así, a veces Ryding desearía tener un par de ojos que funcionaran aunque sólo fuera durante unos segundos.

Gracias a su colega Dane Hans Jørgen Wiberg ahora puede.

Wiberg es el cofundador de la aplicación para iPhone Be My Eyes (Sé mis ojos) que conecta a usuarios ciegos con una armada de voluntarios videntes (una versión para Android está siendo desarrollada). Cuando un usuario ciego necesita ayuda, accede a la aplicación usando los controles VoiceOver del iPhone y Be My Eyes llama al primer voluntario disponible. Ambos se conectan mediante la cámara de video del usuario ciego y el voluntario le presta sus ojos para una tarea de lo más mundana como comprobar la fecha de caducidad de algún producto, algo que normalmente sólo requiere un minuto o dos. Es un proceso que Wiberg describe como micro-voluntariado. “Mucha gente quiere hacer algo bueno pero están ocupados. Con esta aplicación tienen la oportunidad de ayudar si tienen tiempo”, explica.

Ryding, que sólo tiene un 1% de de visión, dice que usa normalmente Be My Eyes una vez a la semana principalmente para que le ayuden a identificar productos de uso doméstico. El propio Wiberg es deficiente visual y muchos de sus amigos ciegos están usando ya sus iPhones para recibir ayuda de familiares y amigos para pequeñas tareas. Artesano de profesión, no tenía mucha experiencia con la tecnología pero sabía que debía haber una forma de conectar invidentes con videntes a gran escala.

En 2012 presentó la idea en la conferencia danesa de empresas emergentes y Be My Eyes acababa de nacer. Menos de tres años después la app fue lanzada oficialmente. Miles de usuarios se registraron, algunos famosos ofrecieron donativos y lo siguiente que supo Wiberg fue que estaba al frente de una de las aplicaciones con mayor crecimiento del año que cuenta hoy con unos 200.000 voluntarios videntes, 18.000 usuarios ciegos y conexiones en 80 idiomas. Tan útil para los desafíos físicos, quizás el mayor beneficio de la aplicación sea psicológico. Los usuarios ciegos ya no tienen que depender sólo de sus familiares y amigos, lo que les supone dejar de sentirse como una carga. “Me gusta tener un amigo que sea un amigo y no un ayudante”, dice Ryding.

Wiberg dice que los usuarios ciegos valoran “ser capaces de pedir ayuda sin realmente pedirla” y que la aplicación les permite realizar pequeñas tareas de forma inmediata en lugar de esperar a un amigo o vecino. A Ryding, Be My Eyes no le ha cambiado la vida pero supone un instrumento más en su caja de herramientas. “He vivido 29 años sin la aplicación así que tengo algunos sistemas y rutinas para hacer las cosas sin ella. Tengo que acostumbrarme a usarla en lugar de pedir ayuda a otras personas o de intentarlo yo misma”. Señala que se divierte usándola y que le resulta útil.

A pesar de su éxito conectando decenas de miles de usuarios ciegos y videntes, By Me Eyes todavía afronta algunos problemas de desarrollo. Uno de ellos es la financiación. Los fondos originales para el proyecto se acabaron y Wiberg dice que su equipo está “abierto a cualquier sugerencia” incluyendo donaciones, crowdfunding o patrocinios. Prometió que la aplicación siempre será gratis para los usuarios.

Wiberg dice que también están tratando el problema “positivo” de que los usuarios videntes superan a los usuarios ciegos en diez a uno. No obstante, los invidentes todavía encuentran algunas veces largas esperas lo que les lleva a abandonar y encontrar una solución diferente. Una vez que Be My Eyes supere este problema -y las dificultades para financierase- Wiberg espera expandirse a los países en desarrollo. La Organización Mundial de la Salud estima que el 90% de los 285 millones de deficientes visuales vive en áreas pobres.

Pero los ciegos no son los únicos beneficiados; los voluntarios también tienen mucho que ganar. Después de ayudar a un hombre ciego a leer una carta que había recibido, un voluntario de Hawai escribió en Facebook: “Esta es la primera app que jamás me haya llegado a un nivel tan emocional y la idea de que mi pequeña contribución cambia la vida de un completo extraño me dejó una enorme sensación de satisfacción”

Más información: www.bemyeyes.org.

Fuente: La Nación


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