Los antibióticos son medicamentos seguros y de gran eficacia. Desde que se produjo el descubrimiento de la penicilina en 1928 y su posterior comercialización en los años ‘40 han constituido la medida terapéutica que ha tenido mayor éxito en la disminución de los porcentajes de mortalidad, asociada a infecciones bacterianas.
Sin embargo, no siempre se usan debidamente. Su uso abusivo ha dado lugar al desarrollo de bacterias que no responden a los antibióticos que antes eran eficaces.
La resistencia a estos medicamentos es un proceso natural de la bacteria, que trata de sobrevivir al efecto del antibiótico alterando su material genético. Sin embargo, en los últimos años se ha observado que existe una relación positiva entre el consumo de antibióticos y la aparición de bacterias resistentes a los mismos. Las resistencias afectan a toda la población, ya que la bacteria se vuelve inmune al tratamiento con uno o varios antibióticos, independientemente de que el enfermo haya tomado previamente estos medicamentos. Por lo tanto, un empleo irresponsable de estos fármacos, hará que no se puedan beneficiar de ellos aquellos pacientes que los requieran.
Los profesionales sanitarios tienen un rol clave en el uso responsable y prudente de los antibióticos, debiendo asesorar en cuanto a las dosis, intervalo de toma y la duración del tratamiento.
Clasificación
Dependiendo de su acción se clasifican en: de bajo espectro, que afectan a grupos de gérmenes y los de amplio espectro, que afectan a grandes grupos de gérmenes.
Otra clasificación se basa en su mecanismo de acción. Si actúan inhibiendo el crecimiento de gérmenes nocivos, se denominan bacteriostáticos y, si los destruyen, bactericidas.
Consumo
Realizamos un relevamiento del consumo de antibióticos durante los años 2013 y 2014 considerando los grupos terapéuticos, siendo las más utilizadas las penicilinas de amplio espectro(J01CA), los macrólidos (J01FA), las cefalosporinas (J01D) y las fluoroquinolonas (J01MA), según gráfico siguiente:
Gráfico Nº1. Datos IMS. Producción propia.
En el año 2014 se produjo una reducción del 6,02% en el consumo total de antibióticos, pero si analizamos la relación entre unidades dispensadas y la cantidad de habitantes, surge que la mitad de la población consumió aproximadamente 1,5 envases en el año; tal vez en muchas ocasiones en forma innecesaria.
Gráfico Nº2. Datos IMS. Producción propia.
En nuestro país la amoxicilina y su combinación con ácido clavulánico se encuentran entre los 20 medicamentos más vendidos, lo cual nos hace presuponer que estamos muy alejados de su uso racional.