Un equipo de investigadores del Instituto de Física Química de la Academia de las Ciencias de Polonia en Varsovia ha descubierto un nuevo método para controlar la forma y el estado de una estructura, conocida como mesoátomos, formada por unas gotitas situadas a su vez en otra gota. Supone un paso más en la capacidad de auto organización de la materia porque, hasta ahora, las formas en las que podían situarse esas microgotas en el líquido y que su estructura permaneciera estable eran muy limitadas.
Jan Guzowski, de la Universidad de Princeton (EE.UU.) y uno de los autores de la investigación, que se publica en Physical Review Letters, explica a EFEFuturo que “lo que hemos hecho es formar gotas en el cruce de dos microcanales, usando dos líquidos diferentes y que no puedan mezclarse y los dos fluyendo con el mismo ritmo. El proceso de formación de las gotitas es como cuando un grifo gotea sólo que en lugar de aire usamos aceite como medio donde cae el agua y unos canales para guiar las gotas en su recorrido. En nuestro experimento, esas gotas de agua sobre el aceite se dirigen hacia otro canal con un tercer líquido. Al cruzarse con este, el aceite se fragmenta en otras gotas que encapsulan las gotitas de agua que arrastraba previamente. Este proceso se conoce desde hace una década, pero hemos observado que cuando se reduce lo suficiente la corriente y variándola a voluntad se obtienen diferentes estructuras regulares”, asegura Guzowski. Y todo esto, a escala entre el tamaño de una molécula y una micra, la millonésima parte de un metro.
Al final, los investigadores han definido la estructura resultante como una serie de pelotas de tenis empujadas una tras otra en la manga de una camisa ajustada.
Microgotas encapsuladas
La producción controlada de átomos de gotitas a nivel mesoscópico puede tener un papel clave en la administración de medicamentos, por ejemplo, ya que puede servir de transporte de principios activos a distintas partes del cuerpo. Cada gota podría albergar fármacos diferentes y controlar su liberación en el organismo de una forma planificada. Pero, además de estos fármacos inteligentes, la ciencia de los materiales es otro campo de aplicación de este hallazgo. “Al ser del tamaño de una micra, estas microgotas pueden ser solidificadas y actuar como una estructura de bloques o ladrillos para ensamblar, por ejemplo, cristales con propiedades ópticas específicas, conocidos como cristales fotónicos. Otra vía es usar estos mesoátomos para construir estructuras con una porosidad específica que puedan ser como membranas selectivas”, afirma Guzowski.
Fuente: EFE |