El titular del PAMI con los días contados

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Luciano Di Césare, el titular del PAMI, aparece como el próximo funcionario que abandonará la función pública luego de la remoción de Carlos Chiale en la ANMAT. La persistente crisis financiera que arrastra deudas millonarias con laboratorios y farmacias, y su resistencia a prescribir por genéricos, lo han colocado en la cuerda floja.
Los rumores sobre cambios en el PAMI se intensificaron luego de la renovación de Chiale y aparecen algunos motivos similares: escasa voluntad de introducir el sistema de genéricos en el organismo y las internas con otros funcionarios de Salud.

Además, el PAMI atraviesa por una crisis de financiamiento que era previsible en la medida en que fue incorporando medicamentos de alto costo que son difíciles de sostener en el tiempo.

Di Césare fue durante mucho tiempo el funcionario del área de salud que podía susurrar en el oído de la presidenta, más influyente que el propio ministro de Salud, Juan Manzur. No casualmente Cristina Fernández lo citó en varios discursos públicos.

“Di Césare es el único funcionario que puede hacer una operación de prensa (contra Manzur) a través de Clarín y seguir en el cargo”, se quejaron varias veces los colaboradores del ministro.

Pero esos tiempos en que estaba “blindado” desde la Casa Rosada parecen haber terminado.

El ingreso de Daniel Gollan en el Ministerio de Salud ha colocado a Di Césare en el horizonte de los funcionarios que no “sincronizan” con la nueva política demedicamentos que se intenta aplicar en Argentina.

“Di Césare sostiene que los genéricos no sirven para nada”, es una de las críticas que le disparan desde Ministerio de Salud. Incluso, han deslizado que de persistir su negativa podría ser acusado de “mal desempeño en la función pública”.

“Cristina (Fernández) le tiene que decir cuál es la política de medicamentos de este gobierno”, fue otra tajante conclusión.

Si De Césare conservó durante años la estima de la presidenta, ahora aparece como el hombre que se opone a los cambios alentados por un frente táctico articulado por Gollan (con el apoyo de Alicia Kirchner) y el ministro de Economía, Axel Kicillof, más el secretario de Comercio, Augusto Costa.

En ese contexto persiste la crisis del PAMI y “cada día son más las farmacias que deben cortar las prestaciones a los jubilados porque a su vez las droguerías les cortan el crédito”, aseguran voceros de la COFA.

En una cadena que se desarticula en torno al Convenio PAMI porque “las droguerías tampoco tienen margen y han dejado de ser tolerantes y benevolentes con las farmacias”, explican.

El PAMI ha estado pagando en las últimas semanas. La deuda no ha crecido. Pero hay un atraso millonario de meses que no se resuelve. Y los reclamos son conjuntos, de la industria y de las farmacias.

Las tres cámaras industriales del sector han pedido una reunión con Di Césare que hasta el cierre de esta edición no había sido concedida.

A su vez, las cámaras farmacéuticas están a la espera de los resultados de esa negociación antes de adoptar nuevas medidas de fuerza, clamor que surge de muchos colegios provinciales, más expuestos a la crisis por los atrasos del PAMI.

La Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y la Federación Argentina FEFARA están “conteniendo” a sus afiliados, pero en la práctica la cadena se corta porque las droguerías les cancelan la financiación después de un tiempo.

“Estamos sin resto y las droguerías dicen que ellas tampoco tienen capacidad para seguir financiando los medicamentos del PAMI”, afirman los voceros del sector.

Además, “tememos que ahora la ANMAT adopte una política más agresiva hacia la industria y nos van a llevar puestos a nosotros también”, admitieron a Pharmabaires voceros de los colegios farmacéuticos.

Fuente: Pharma Baires


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