Se desató la guerra contra los excesos de sal y azúcar. La Organización Mundial de la Salud busca bajar al 5% la ingesta máxima diaria recomendada de azúcar agregado y alentar a que la industria alimentaria reduzca el contenido de sal en los productos envasados. El motivo es que los consumos en exceso de sal contribuyen al aumento de los casos de hipertensión, que puede llevar al infarto, la falla renal, y al ataque cerebrovascular. Y la ingesta de azúcar contribuye a tener caries y a la epidemia de obesidad.
Es que si bien son agregados por la gente en las comidas, tanto el azúcar como la sal vienen ocultos en altas cantidades dentro de productos envasados. Por eso, se quiere limitar los excesos. Con respecto al azúcar, la agencia sanitaria de las Naciones Unidas (www.who.int) lanzó una consulta pública. Desde 2002, recomienda que el consumo de azúcares debería representar menos del 10% de la ingesta calórica total diaria. Pero quiere bajar la recomendación a menos del 5% ya que se obtendrán beneficios adicionales para la salud. Un 5% de la ingesta calórica total equivale a unos 25 gramos (6 cucharadas de café) de azúcar al día para un adulto.
A principios de febrero, se habían difundido los preocupantes resultados de un estudio realizado en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y dos universidades de los Estados Unidos: detectaron que las personas que obtienen más del 21% de las calorías diarias a partir de azúcares agregadas duplican el riesgo de muerte cardiovascular, en comparación con aquellas que consumen menos del 10% de las calorías de azúcares. Esos azúcares están en gaseosas, jugos, tortas y golosinas, entre otros productos.
Con respecto a la sal, la OMS recomienda consumir 5 gramos por día como máximo, pero se calcula que gran parte de la población occidental consume el doble. “Tanto la sal como el azúcar pasaron de ser productos de consumo restringido al consumo excesivo en este último siglo”, dijo a Clarín Patricia Aguirre, investigadora en antropología de la alimentación en la Universidad Nacional de San Martín.
“La industria alimentaria tiene como objetivo vender sus productos, y les agrega más sal o más azúcar para realzar su sabor. De esta manera, la gente los consume de manera invisible, y favorece la aparición de las enfermedades crónicas no transmisibles, que son una gran preocupación de las sociedades occidentales”, afirmó la autora del libro Ricos flacos y gordos pobres.
En tanto, Graham MacGregor, profesor de medicina cardiovascular de la Universidad de Londres Queen Mary y presidente del Consenso de Medidas sobre la sal y la salud (www.worldactiononsalt.com) opinó al ser consultado por Clarín: “Apoyamos la sugerencia de la OMS de que la ingesta de azúcar diaria debe ser reducida en un 5%. El azúcar agregado no es una parte normal de la dieta humana y necesita ser recortada. Esto resultará en una caída en calorías, particularmente en las bebidas azucaradas y otros alimentos que tienen grandes cantidades de azúcar ocultas. Y el consumo de sal es muy alto en el mundo, y expone a todos al aumento de presión arterial. En muchos países, el 80% de la sal está presente en la comida que el consumidor compra y no la puede sacar. La industria alimentaria es responsable del aumento de la prevalencia de las enfermedades no transmisibles, excepto en los casos causados por tabaquismo”.
¿Qué habría que hacer? “Regular más a la industria para que reduzca la sal y el azúcar, educar a la gente para que no se las agregue a las comidas, y exigir mejores rótulos en envases”, contestó Aguirre. “Hoy casi no se pueden leer: son tan crípticos y pequeños que obligan a llevar una lupa al supermercado”, dijo.
Peligro: los alimentos con más niveles de sodio
Un relevamiento de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) en Argentina sobre las etiquetas de 2.300 productos envasados, como panes, lácteos, carnes, pescados, snacks, comidas rápidas, aceites, salsas, bebidas, conservas de frutas y verduras, y chocolates, detectó que contienen un alto nivel de sal. El trabajo (puede consultarse en www.ficargentina.org) se hizo en supermercados de Capital. Se encontró que si una persona consume una hamburguesa en sándwich aderezada con kétchup y una porción de papas fritas se llega a los 1.137 miligramos de sodio, cubriendo en una sola comida más del 50% de la cantidad diaria de sodio recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Otras comidas habituales para los argentinos como un plato de fideos con salsa en el almuerzo y un sándwich como merienda también superan más del 50% de la recomendación diaria de sodio.
Por ejemplo, un plato de fideos frescos con salsa de tomate lista y queso rallado contiene 1.121,9 miligramos de sodio (cubre el 56,1% de la recomendación diaria de sodio). Y un sándwich de pan lactal blanco jamón y queso con mayonesa contiene 1037,6 miligramos (cubre el 51,88%).
En el país se duplican los niveles que son saludables |
Según la OMS, pese a los esfuerzos, es difícil bajar las cantidades. |
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Como en el resto del mundo, en la Argentina también los consumos de sal y azúcar están por encima de los niveles saludables. Lo ideal es consumir menos de 5 gramos de sal por día, pero se consumen 11,2 gramos por día, según el Ministerio de Salud de la Nación. Con respecto al azúcar, se consume el doble de lo que venía recomendando la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La ingesta excesiva de sal y azúcar es una preocupación, porque están asociadas al aumento de enfermedades no transmisibles que causan o están relacionadas con el 80% de las muertes en la Argentina”, dijo a Clarín Sebastián Laspiur, director de promoción de la salud de la cartera sanitaria.
En 2009, el Ministerio había informado que los argentinos consumían más del doble de sal que la cantidad máxima aconsejada. Luego se armó el programa “Menos sal, más vida” por el cual se hicieron acuerdos con los panaderos artesanales que aceptaron bajar el contenido de sal en el pan en un 25% y con 34 empresas que aceptaron también rebajar las cantidades. Así, se consiguió bajar el consumo de sal de 13 a 11,2 gramos por día este año. Pero lo ideal son los 5 gramos diarios como máximo.
En noviembre, el Congreso aprobó una norma que obligará a sacar los saleros de bares y restoranes.
Recientemente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destacó a la Argentina por ser el segundo país del mundo en aprobar una ley integral para reducir el consumo de sal. La norma obliga a las empresas a bajar la sal según valores máximos estipulados que llegan hasta el 15% durante 2014.
Con respecto al azúcar, la encuesta de salud escolar reveló que el 50% de los adolescentes consume 2 ó más bebidas azucaradas por día. Se sabe que 600 mililitros de gaseosa tienen 14 cucharaditas de azúcar, y un envase supera la cantidad máxima para todo el día, que es de 10 cucharaditas de 5 gramos promedio cada una. “Se necesita un mejor rotulado en los productos y regular la publicidad de alimentos enfocada en chicos”, dijo Lorena Allemandi, de la Fundación Interamericana del Corazón.
Fuente: Clarin |
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