Usar un único fármaco, la isoniazida, para prevenir la tuberculosis favorece el desarrollo de cepas resistentes a los medicamentos, especialmente en aquellas comunidades en las que hay una elevada prevalencia de VIH. Así lo asegura una investigación que se publica en Science Translational Medicine, y cuyos resultados, señalan sus autores, podría hacer reconsiderar toda la política actual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el doble uso de isoniazida, tanto para la prevención como el tratamiento de la tuberculosis.
La isoniacida es un fármaco barato y fácil de administrar. Debido a que los individuos infectados con VIH son mucho más proclives a desarrollar tuberculosis severa en comparación con las personas con sistemas inmunológicos sanos, la OMS recomienda administrar isoniacida a pacientes con VIH que también podrían estar infectados con tuberculosis.
Peor el remedio
En este trabajo, gracias a un modelo matemático se ha tratado de demostrar que tratara toda una comunidad con isoniacida podría incrementar la posibilidad de resistencia a fármacos en una población -incluso si el tratamiento preventivo contra la tuberculosis no parece aumentar la resistencia a fármacos entre individuos-.
El trabajo demuestra que el uso isoniacida para eliminar la tuberculosis sensible a fármacos en pacientes con VIH parece allanar el camino para que cepas más fuertes y resistentes puedan infectar. Así, los resultados muestran que las intervenciones a gran escala para combatir enfermedades infecciosas tienen consecuencias sobre la ecología.
Fuente: ABC España