Impacto del actual precio del medicamento en la farmacia argentina

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La devaluación acelerada a la que el Gobierno Nacional sometió al peso argentino ha impactado de distintas maneras en los diferentes sectores que conforman la economía local. En el rubro medicamentos las farmacias están sometidas a que sus costos vayan aumentando al ritmo inflacionario de toda la economía; pero con la particularidad de que al no ser formadoras de precios sus ingresos se encuentren atados al designio de una negociación entre los laboratorios de especialidades medicinales y la Secretaria de Comercio, cuyos resultados en los últimos años han estado siempre por debajo de la inflación.

Los precios al cual dispensan los medicamentos las farmacias argentinas están publicados en dos revistas mensuales (Manual Kairos y Manual Farmacéutico) en los que se basan los convenios con las obras sociales y prepagos.

En los últimos años la dispensa de medicamentos se complejizó y necesitándose de mayores inversiones y de aumento del capital de trabajo para poder efectuarse.

Al coincidir una importante suba de costos operativos y un claro estancamiento en los precios, la resultante de esta combinación es una marcada baja en la rentabilidad; agravada por las altas bonificaciones que las farmacias se ven obligadas a asumir en la atención de los convenios y los largos plazos de financiación en la espera del cobro de las prestaciones.

Si tomamos de ejemplo a una farmacia que dispensa medicamentos por un total de 100.000 pesos en un mes, luego de cubrir todos sus costos le quedan 7.000 pesos, es decir, su rentabilidad final es del 7%.

Ahora bien si los medicamentos aumentaran un 10% (sabemos que están mucho más atrasados) la farmacia del ejemplo vendería casi seguramente 110.000 pesos con la misma estructura de costos, por lo cual luego de cubrir sus gastos le quedarían 10.000 pesos de utilidad, es decir que una suba del 10% en el valor de los medicamentos haría subir la rentabilidad al 9,09% en este ejemplo; es decir un 29,87% más en comparación con la anterior rentabilidad.

De esta manera queremos compartir desde los números el impacto que tiene en la economía de las farmacias que los precios de los medicamentos que dispensamos solo hayan aumentado en lo que va del año un 1,83%, considerando de enero a agosto (tomando como base el valor del precio promedio de lo que se dispensa por farmacia), siendo que la inflación reconocida por el Índice de Precios al Consumidor del congreso nacional lleva un acumulado de 27.07% hasta el mes de setiembre.

El problema se agudiza aún más ya que si frente a este escenario la farmacia deja de atender algún convenio, es decir disminuye su venta, pero no baja sus costos operativos o fijos, esa disminución en el volumen de venta implicará que su rentabilidad disminuya aún más al grado de poner en riesgo la viabilidad de su negocio.

Otro aspecto del problema es que el impacto inflacionario no solamente incide en la economía de las farmacias sino también en el día a día de nuestras vidas, que nos obliga a necesitar de mayor cantidad de dinero para mantener las mismas condiciones de vida, es decir nos obliga sí o sí a buscar mayor rentabilidad o bien a  ajustarnos y hacer menos cosas o las mismas pero menos costosas para no afectar la economía de mi farmacia, ya que si necesito disponer de mayores erogaciones y mi farmacia no puede satisfacerme o achico mi capital o me endeudo.

Por todo lo dicho es muy importante conocer los números de nuestra farmacia para poder tomar decisiones con respaldo y no afectar con ideas erróneas nuestro diagnostico, evitando así usar medicinas que terminan no siendo efectivas porque no concuerdan con el problema.

Las farmacias que están incluidas en el calce financiero del convenio PAMI cubren el costo de los medicamentos en la droguería sin necesidad de incrementar su capital de trabajo ni de financiar, por consiguiente y más allá de la bonificación y el atraso que pueda haber en el convenio (cuestionables y que se está trabajando para mejorarlas) no deberían rechazar recetas ya que, como graficamos, una baja en el volumen de venta hará disminuir la rentabilidad de toda su farmacia.

La farmacia deberá saber como mínimo para su control, cuanto es su venta total, cuanto vende por obras sociales y prepagos, cuanto tiene de pasivo en cuentas corrientes, como compra, cuanto porcentaje de su venta total aporta en bonificaciones, cuanto porcentaje de su venta total equivale a gastos operativos, impuestos y comisiones, cual es su rentabilidad bruta y cual su rentabilidad final, cual es su stock (aunque solo sea aproximado), cuales son las deudas con sus proveedores y sus acreencias con las obras sociales y cuentas corrientes.

La Confederación FarmacéuticaArgentina está trabajando en un panel de control que se ofrecerá en acceso desde nuestra web a todas las farmacias prestadoras, con los datos que poseemos con respecto al convenio PAMI, para que cada farmacia pueda ver y analizar la evolución de su prestación, como herramienta de consulta para la toma de decisiones.


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