Los afiliados del PAMI de todo el país deben conocer la particular situación por la que atraviesan las farmacias prestadoras a lo largo del territorio nacional a partir de la deuda que la Industria Farmacéutica, firmante del convenio con el Instituto, mantiene con ellas y que pone en serio riesgo la capacidad de las farmacias de continuar sosteniendo la prestación en estas circunstancias.
Cada jubilado concurre cotidianamente por su medicación a una farmacia que sufre un atraso en sus pagos que se remonta hasta el mes de diciembre del año pasado, y que pese a la amplia disposición varias veces demostrada ante las instituciones farmacéuticas por el nuevo Director del PAMI, Dr. Carlos Regazzoni, esta grave situación no ha podido revertirse y las farmacias seguimos sin cobrar la deuda que mantiene con nosotrosla Industria Farmacéutica.
Hoy la prestación que mantiene mayor atraso en los pagos es la de insulinas y tiras reactivas destinadas a los pacientes diabéticos, cuya deuda global supera los 500 millones de pesos, incluyendo prestaciones del mes de diciembre y tratándose de productos cuya cobertura es del 100% con lo cual las farmacias que atendemos a los jubilados diabéticos hemos entregado esta medicación imprescindible, la hemos abonado largamente a las droguerías proveedoras sin lograr siquiera cobrar su costo desde hace 3 meses.
Esta situación planteada así, es insostenible.
Cuando las farmacias finalmente cobremos las prestaciones de diciembre lo haremos con los precios de aquel entonces debiendo reponer esos mismos productos pero con los costos actuales afectados por la inflación y el aumento de servicios, alquileres, salarios y cargas financieras.
Esta situación ha llegado al límite de nuestras posibilidades, ya no podemos sostenerla por más tiempo, y más allá de nuestros deseos, nuestros esfuerzos y nuestra sincera voluntad, la prestación a los afiliados del PAMI corre serio riesgo de interrumpirse sila Industria Farmacéuticano cancela debidamente las deudas que mantiene con las farmacias. Incluso pareciera que hay quienes nos están impulsando al conflicto, y no queremos ser las farmacias utilizadas en una disputa en busca de intereses que no son los nuestros, pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados mientras sumamos quebrantos económicos que se vuelven irrecuperables.
Aunque parezca extraño las farmacias que atendemos todos los días del año a nuestros abuelos no tenemos contrato firmado con el PAMI, sino con la Industria Farmacéutica que es quien mantiene convenio con el Instituto, de tal modo que nuestras instituciones representativas se encuentran bloqueadas para acceder al conocimiento directo del real estado de los pagos que nos corresponden, que el PAMI efectúa a la Industria, y no solo eso, también se encuentran incapacitadas para sugerir mejoras en el servicio de prestación desde la posición de quien mejor conoce la relación del jubilado con sus medicamentos.
Con la llegada de la nueva administración al PAMI por primera vez en una década las farmacias, a través de sus entidades representativas, hemos sido recibidas por su máxima autoridad; y que el Dr. Regazzoni haya recibido a las farmacias prestadoras para escuchar nuestros reclamos y necesidades manifestando una abierta disposición al diálogo y a la escucha, ha sido una celebrada noticia en la familia farmacéutica cuando debería haber sido una situación habitual. Las farmacias estamos para acompañar al PAMI en su gestión en todo aquello que redunde en mejoras en la atención de los afiliados, tenemos una larga experiencia para aportarle a la nueva conducción sin necesidad de un intermediario,la Industria Farmacéutica, gestionando por nosotros.
Las farmacias somos el eslabón sanitariamente más fuerte pero económicamente más débil de la cadena de prestación al jubilado, que incluye al Estado, a la poderosa Industria Farmacéutica y a las droguerías, pero paradójicamente somos las farmacias las que nos vemos obligadas a asumir la responsabilidad de financiar los medicamentos que consumen nuestros abuelos a riesgo de nuestra propia sustentabilidad económica, hoy la deuda global del convenio supera los 1300 millones de pesos.
Si las farmacias no hubiéramos hecho este formidable esfuerzo económico durante años ya hace varios meses los afiliados no tendrían prestación, lo cual demuestra que somos el único eslabón de este convenio que está incondicionalmente al lado del jubilado.
Es nuestra intención que los afiliados del PAMI conozcan esta realidad que seguramente muchos de los colegas que diariamente los atienden en todo el país alguna vez se la hayan mencionado, y pedimos una inmediata solución. Apelamos a que quienes tienen la capacidad de decidir actúen de inmediato, para que pese a todo el esfuerzo realizado, no sean los jubilados los que terminen sufriendo las consecuencias.
Confederación Farmacéutica Argentina