Se trata de una tendencia con cada vez más adeptos. Nutricionistas y farmacéuticos alertan contra los peligros de la publicidad engañosa.
La opinión del Dr. Rubén Sajem, Presidente de la Sección Farmacéuticos del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal.
Los multivitamínicos son suplementos que contienen una combinación de vitaminas y minerales y, a veces, otros ingredientes. Popularmente se los conoce por diferentes nombres, como “vitaminas múltiples”, “polivitamínicos” o simplemente “vitaminas”. Y por razones que van desde la búsqueda de optimizar el rendimiento deportivo a cumplir con los mandatos sociales de mantener una vida “saludable”, su consumo es cada vez más generalizado.
Según se desprende de un reciente estudio privado, cuatro de cada diez argentinos consumió un complejo multivitamínico en algún momento de su vida. La misma investigación indica que se trata de una tendencia con cada vez más adeptos, especialmente entre los sectores medios y medios altos de la sociedad; y que en muchas ocasiones, estos asumen esa práctica sin la consulta ni el seguimiento de profesionales médicos, con los riesgos que eso podría implicar para su salud.
El estudio LinkQ que realizó la consultora Kantar Worldpanel indica diferencias no muy significativas según el rango etario de los consumidores. Quienes más se animaron a probar los multivitamínicos son personas que tienen entre 33 y 40 años de edad: en ese segmento, el 46,7% de los consultados respondió que lo había hecho al menos una vez.
Porcentajes más o menos similares se repiten en las franjas de 51 a 65 años, con un 45,6%; en la de 41 a 50 años, un 41%; y en la de 25 a 35 años un 40,2 por ciento. Sin embargo, disminuye significativamente entre los más jóvenes. Sólo 3 de cada diez entre 21 y 24 años respondieron que sí consumieron multivitamínicos alguna vez.
El estudio también indagó en las razones de ese consumo y encontró un hallazgo muy significativo: sólo un 51,7% lo hizo por recomendación médica. Esto implica que la mitad de los entrevistados respondió a la tendencia cada vez más generalizada a la automedicación, motivados por las publicidades y la propensión de las personas a hacer dietas. Al ser consultados por estas razones, un tercio respondió que lo hacían por los beneficios que ofrecen este tipo de productos y dentro de esos beneficios se encontraban el reforzar la energía, para los hombres; y reforzar las defensas, para las mujeres. Los entrevistados destacaron, además, que los multivitamínicos ayudan a estar saludable, y que aportan vitaminas y minerales.
En realidad, los suplementos dietarios están destinados a personas sanas, por lo que en teoría no se les podría atribuir actividad terapéutica en sus publicidades. Están clasificados como alimentos, y como tales incluidos y definidos en el Código Alimentario Argentino por la autoridad sanitaria ya que no son medicamentos. El hecho de que se presenten en comprimidos, cápsulas, cápsulas blandas, gotas y jarabes, es decir en formas farmacéuticas, genera confusión acerca de sus reales cualidades y características, y de si son medicamentos o alimentos.
Muchas veces se los promociona como “productos 100% naturales” que carecen de “efectos secundarios y tóxicos”, y se ofrecen engañosamente para el tratamiento de enfermedades como diabetes, osteoporosis, para el estrés, para el tratamiento de la ansiedad y para dietas, adjudicándoseles efectividad terapéutica.
El estudio reveló que un 14,5% indicó que había recibido el consejo de un amigo o un familiar, y un 5,5% dijo que había pensado en la idea luego de ver una publicidad. Además, casi un 5% dijo que lo hizo porque ya se consumían en su hogar, y un 2,2% porque había obtenido una muestra gratis. Los investigadores indicaron también que los individuos que mayormente consumen multivitamínicos no registran sobrepeso y sólo el 18% mantiene el consumo por más de un año: el 38% de los hombres y el 28% de las mujeres abandonan rápidamente la ingesta de los suplementos. En ese mismo sentido, el estudio de Kantar Worldpanel muestra que los adultos son los más persistentes y los más constantes en la toma de los multivitamínicos; es decir, aquellos que mayormente los toman a lo largo del tiempo.
Reglamentación
La Disposición Nº 4980/2005, Anexo 4, de la ANMAT ordena que las publicidades utilizadas para promocionar los suplementos dietarios:
-No deben atribuir a estos productos propiedades terapéuticas, ni sugerir que diagnostican, curan, calman, mitigan, alivian, previenen o protegen de enfermedades.
-Tampoco deben mencionar condiciones patológicas ni aconsejar su consumo para mejorar la salud ni para prevenir enfermedades.
Buena alimentación
Los especialistas en Nutrición coinciden en que los suplementos dietarios vienen a suplir una alimentación insuficiente. Es decir, son absolutamente innecesarios en los casos en que una persona tenga un plan nutricional de calidad. Eso implica una alimentación que incluya carne, frutas, verduras, mejor si son estacionales, y que contemple los procedimientos de cocción. También tratar de evitar productos con aditivos o conservantes.
Los suplementos multivitamínicos tienen sentido sólo en situaciones especiales y cuando se cuente con prescripción médica. Por ejemplo, en personas que hayan tenido una cirugía de estómago, by pass y cinturón gástrico. En el caso de los veganos, carentes de hierro, vitamina B 12, acido fólico, también pueden resultar una opción posible para suplantarlos.
Fuente: Tiempo Argentino/Infonews
OPINIÓN
CONTROLES NECESARIOS
Por el Dr. Rubén Sajem
Presidente de la Sección de Farmacéuticos del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal.
En distintos comercios de la Ciudad de Buenos Aires se los presenta y ofrece como si fueran medicamentos, adjudicándoseles engañosamente actividad terapéutica. En los casos en que realmente la tuvieran, deberían considerarse especialidades medicinales, estar aprobados como tales y dispensarse únicamente en farmacias.
Los suplementos dietarios se venden masivamente en nuestra Ciudad en dietéticas, casas de deportes, gimnasios, supermercados, y en locales que se dedican en forma exclusiva a la venta de estos productos (“markets naturales”, “markets orgánicos”, etcétera), que a veces se presentan también como “distribuidoras”. Todos estos comercios parecen carecer de controles en cuanto al modo de conservación de los productos y de la publicidad que realizan (folletos no autorizados, carteles engañosos, etcétera). Hasta se los ofrece en mesas ubicadas en las veredas. También abunda la venta mediante páginas de Internet y la oferta de entregas domiciliarias y por correo.
La publicidad que se realiza en esos puntos de venta que no son farmacias no se atiene en absoluto a las normativas vigentes. Se presenta y publicita a los suplementos dietarios como “productos 100% naturales” que carecen de “efectos secundarios y tóxicos”, y se ofrecen engañosamente para el tratamiento de enfermedades como diabetes, osteoporosis, prostáticas, para el estrés, para el tratamiento de la ansiedad y para dietas, adjudicándoseles efectividad terapéutica. «