El diputado, farmacéutico y rabino Sergio Bergman participó del 16° Congreso Internacional Actualización y Gerenciamiento Farmacéutico invitado por la COFA

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“Nosotros somos los primeros que nos tenemos que redignificar en la función. Porque si no, no lo va a hacer nadie”, advirtió el diputado, farmacéutico y rabino Sergio Bergman, uno de los disertantes destacados de la 16° edición del Congreso Internacional Actualización y Gerenciamiento Farmacéutico. En el evento, que se desarrolló durante Expofarmacia, el 6 y 7 de junio en el Centro Costa Salguero de la ciudad de Buenos Aires, el legislador reflexionó sobre la situación del ejercicio de la profesión y señaló: “Cuanto más nos achatan y nos reducen a una cadena de comercialización, y cuanto más nos ponen en el lugar de que somos idóneos en lugar de profesionales, nosotros tenemos que traccionar al revés. Si culturalmente nosotros dejamos instalado para el dueño de la cadena o de la farmacia o para los trabajadores de la farmacia que uno termina siendo solo un título que se cuelga, entonces nosotros perdemos la posición”.

Bergman marcó claramente su diferencia de opinión con los líderes de su partido, al señalar en referencia a la controversia sobre la actividad farmacéutica en la Capital Federal: “Que un medicamento no tenga prescripción médica tampoco debiera implicar disponibilidad universal y absoluta bajo las decisiones discrecionales de un consumidor. Por eso no puede simplificarse la función y el rol del profesional que dispensa. Esto que acabo de decir que está más del lado de la vocación, lleva directamente a una confrontación de intereses. Con todo el respeto por la acción comercial, la dimensión de vender un medicamento sin prescripción y dispensarlo requiere de una capacitación de criterio y responsabilidad que sigue siendo profesional. Porque ya no es la dimensión profesional del que prescribe, pero no se cancela la dimensión profesional del que dispensa. Y eso se debiera aplicar hasta para una aspirina.  Los insumos para la salud no se pueden consumir. Y los profesionales que dispensan no pueden solo vender.  Para lo cual, lo que se requiere es el empoderamiento del farmacéutico en términos de su capacitación, y fundamentalmente en un acto de educación cívica que requiere formar al soberano, que es el ciudadano”.

En la edición del mes de julio de Correo Farmacéutico encontrarán más definiciones del legislador.


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